domingo, 13 de abril de 2008

Suiza y Liechtenstein, Buscando a Heidi



Suiza vive en el corazón de Europa. Resultado de la unión de pueblos que conformó la también llamada Confederación Helvética (CH) este es un lugar donde palabras como modernidad, tranquilidad, negocios, calidad de vida, tradición, campo y ciudad no están reñidas.

Suiza es todo un ejemplo. Históricamente en la escena internacional siempre ha sido visto como un país neutral. También es un ejemplo de convivencia. Aquí hay cuatro leguas oficiales: Alemán, Francés, Italiano y Romanche (lengua propia del país). Es normal que sus habitantes dominen más de una de estas lenguas y el inglés. Si no fuera el caso, un vecino francófono del sur se entiende perfectamente con un vecino germanoparlante del norte. Se hace difícil pensar que eso sería posible en España. Está claro que belleza e inteligencia no están reñidas. Ejemplo: Suiza.

Liechtenstein es su hermano pequeño con el que comparte estrechos vínculos. Este micro estado es sobre todo conocido por ser también un paraíso fiscal que algunos tienen dificultad en localizar en el mapa.

FICHA TÉCNICA

¿Por qué Suiza y Liechtenstein?
Suiza es un lugar encantador donde disfrutar de impresionantes paisajes de montaña, bonitas ciudades donde su arquitectura nos traslada al pasado, pueblecitos de cuento, lagos, etc. Es un lugar ideal para pasar unos días haciendo turismo de forma relajada. Este es un país pequeño y recorrerlo de punta a punta se hace relativamente rápido.

Liechtenstein no tiene demasiado que ofrecer. Desplazarse a este lugar no tiene mucho sentido si no se está de paso y no se busca mucho más que el hecho de poder decir que se ha estado.

Días: 7.

Fecha: Octubre y Diciembre 2006.

Itinerario: (1) Ginebra Nyon e Yvoire (Francia). (2) Zúrich, Lucerna, Interlaken, Berna, Friburgo, Gruyère, Triesen (Liechtenstein), Vaduz (Liechtenstein), Constanza (Alemania), Zúrich.



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Medios de transporte utilizados: Avión, coche, barco, tren y tranvía.

Visado: No. Ni tan solo hace falta pasaporte para ciuddanos europeos por ser espacio Shengen.
Vacunas: No.
Que no vimos y por que: Nuestra principal espina clavada la tenemos en los Alpes. Cayó una nevada impresionante que provocó el corte de carreteras y que hizo imposible visitar la Suiza "italiana". En todo caso nos lo reservamos para volver con nuestros esquíes.

PRIMERA PARTE: Alrededores de Ginebra.

DÍA 1 -Volando a Genève.-
Volamos desde Barcelona con Click Air por un precio aproximado de 30 euros por trayecto y persona. Este vuelo actualmente ha dejado de operar. La llegada al aeropuerto de Ginebra la hacemos puntualmente y nos dirigimos a la terminal de tren que nos ha de conducir hasta la misma ciudad. La expedición de billetes es rápida y se hace en TPVs electrónicos. La red de trenes en este país es eficiente y cómoda y en unos pocos minutos ya nos encontramos en la misma ciudad.

Nos desplazamos a pié a nuestro hotel que ya lo habíamos elegido por su proximidad y relación calidad/precio. Hotel Windsor http://www.hotel-windsor.ch. Es un sencillo pero correcto 3 estrellas que aparte de estar cercano a la estación también está cercano del lago Leman. Por otro lado, cruzando la Rue des Alpes en las calles adyacentes existe una buena oferta de restaurantes donde se refleja la realidad multicultural de Ginebra. Se puede degustar cocina turca, oriental, griega, italiana o cómo no, una buena reglet o fondue de diferentes gustos tal como hicimos nosotros.

DÍA 2 -A pié por la ciudad.-
Ginebra es internacionalmente conocida como una de las sedes de las Naciones Unidas. Así pues nuestro día comenzó caminando hacia el edificio de la ONU. En nuestro recorrido llegamos primero hasta la misma orilla del Lac Leman. Desde allí podíamos disfrutar de las vistas al Jet d’Eau y a la llamada Old Town. Es una espectacular fuente que gracias al potente chorro de agua que proyecta 500 litros hasta los 140 metros se ha convertido en uno de los iconos de esta ciudad.

Seguimos nuestro camino por la orilla del lago y tras desviarnos ligeramente llegamos a la ONU. Desgraciadamente no pudimos acceder a la ONU y nos quedamos a las puertas ante su colorido pasillo rebosante de banderas.

Con nuestro gozo en un pozo caminamos un poco más por el norte del barrio de Pâquis hasta caer la hora de comer.

La tarde la pasamos en la otra orilla del lago, en la vieja ciudad. Es un lugar realmente encantador por donde da gusto pasear.

Lo primero que encontramos tras cruzar el Pont du Mont Blanc en los jardines ingleses es el Horloge Fleurie (reloj de flores). Es un homenaje a la importante y reputada industria relojera de la ciudad.

Seguimos por calles adoquinadas de piedra entre construcciones centenarias en perfecto estado. El ambiente es bullicioso y animado por la gran cantidad de gente que camina por la zona animada por la importante actividad comercial. En este lugar encontramos las mejores tiendas de moda y las cadenas más importantes.

De todas maneras no comenzamos a adentrarnos por las calles sin no antes entrar a la próxima Île Rousseau y también el Tour d’Îlle que formó parte de las antiguas fortificaciones de la ciudad.

Ahora si, nos adentramos por las calles hasta llegar al entorno de la Catedral de St. Pierre. No solo ya la catedral, todo el entorno es una preciosidad. Ginebra se nos revela como una bonita ciudad a la que escaparse. Antes de iniciar nuestro recorrido de vuelta llegamos hasta Bourg-de-Four, la más vieja plaza de la ciudad. La gente charla tranquilamente en terrazas tomando un café con leche. Los más observadores descubrirán en alguna pared alguna placa azul con rayas amarillas sobre la lellenda “Chemin de St-Jacques” (Camino de Santiago)

DÍA 3 -Navegando pro el Lac Leman a Fracia por un día.-

No teníamos mucho día por delante. Nuestro avión partía al final de la tarde. Con todo esto hicimos una típica escapada que la gente del lugar suele hacer. Tomamos una embarcación hasta Yvoire d, en la orilla francesa del lago. Se hace desde el embarcadero Genève Mont Blanc.

Yvoire es un pueblecito medieval francés en impecable estado de conservación. Es un lugar pequeño de casas de piedra cubiertas por verdes mantos de hiedras. Los balcones son un estallido de color, repletos hasta la bandera de flores.

En sí, este pueblo bien podría ser considerado como un lugar lleno de romanticismo. Hay una buena oferta de lugares en los que quedarse a comer. No especialmente baratos… está claro, pero si con buena mesa. El caso es que en un lugar como este bien apetece relajarse y disfrutar.

El que desee pernoctar en este lugar (no fue el caso esta vez, si anteriormente) el hotel Les Flots Bleus http://www.flotsbleus-yvoire.com es sin duda una excelente elección. Cuenta con habitaciones con vistas al lago con el mismo embarcadero bajo la ventana.

Nuestro fin de semana ya llegaba al final. Después de disfrutar de las excelencias de la cocina francesa nos dirigimos al embarcadero pero llegar tarde dos minutos casi nos cuesta perder el avión. Qué le vamos hacer… lo que no nos pasa en la otra punta del mundo va y nos pasa en Suiza.

El caso es que el ticket de vuelta del barco es intercambiable por cualquier otro barco que haga trayectos más baratos. Tomamos el primero sin importarnos el destino con tal de cruzar el lago. Nos llevó a Nyon donde tuvimos nuevamente la oportunidad de ver lo bien que funciona el tren en este país. Lo único a tener presente es en que vagón uno entra ya que existen diferentes categorías.

Así pues de vuelta en Ginebra tras nuestro ajetreado trayecto nos dispusimos a dar por finalizado un fin de semana en la que posiblemente sea una de las ciudades más encantadoras de Europa.

(c) Ezequiel Jiménez Borra & Mónica Valls Moreno

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