viernes, 11 de abril de 2008

Costa Rica y medio pie en Panamá, ¡Pura vida!

Nuestro primer viaje en solitario y sin red. ¡Si señor! Y no es que las agencias de viajes no sean dignas de nosotros. No. El problema es que cada cual tiene sus limitaciones y la nuestra es no llevar nada bien el hecho de que nos priven de la ilusión de planificar nuestro viaje, de priorizar que y cuando, de levantarnos por la mañana y decidir que se nos acaba de ocurrir algo mejor que hacer que lo que pone en nuestro planning y sobre todo y ante todo del sentimiento de realización y superación por haberlo hecho NOSOTROS (errores incluidos).

FICHA TÉCNICA

¿Por que Costa Rica?: Pues es muy fácil: Era la primera vez que viajábamos solos. Costa Rica se prometía fácil por ser hispanohablante y muy cercana a nosotros en aspectos como son cultura y religión. Lo más parecido a nadar con flotador… A parte de lo comentado es un destino que nos ofrecía bonitos paisajes, naturaleza exuberante en sus muchos parques naturales, ver de cerca su fauna variada y actividades de recreo junto a la posibilidad de reponernos descansando en bellas playas.

Días: 15 aprox. (ya me falla la memoria, jeje).

Fecha: Septiembre del 2004.

Itinerario: San José, Tortuguero, Manzanillo, Bocas del Toro (Panamá), Manuel Antonio, El Arenal, Monte Verde, Poas, Café Britt, San José.


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Visado: No necesario.

Vacunas: No necesarias.

Medios de transporte utilizados: en bote (público y privado) y en autobús de línea (en el último momento anulamos la reserva del coche de alquiler por lo fácil y barato del bus).

DÍA 1

Llegamos a San José, aeropuerto Juan Santamaría. Normalmente siempre te advierten de las llegadas a los aeropuertos y los peligros. La verdad es que con la perspectiva del tiempo no recuerdo que a pesar de las advertencias el de San José fuera más peligroso que otros que haya podido ver. Lo que Tomamos un taxi al hotel Villa Tournon. Aquí si que recordamos la sensación de viajar lejos por primera vez y sentirse "solo" y tener que valernos de nosotros mismos.

Desde Villa Tournon se puede acceder a pié a la estación de autobús desde la que teníamos que partir al día siguiente hacia el Parque Nacional de Tortuguero. Mientras, para matar el rato y cenar antes de irse a dormir aprovechamos para visitar El Pueblo que es un área comercial cercana también al hotel.


DÍA 2 -Nos vamos a Tortuguero-

Tortuguero es un Parque Nacional al Noroeste del país. Algunos de sus atractivos son selva y ríos atravesándola con una fauna variada y recibe su nombre por tener playas donde en determinadas épocas del año se pueden ver las tortugas desovar. Llegar y salir de Tortuguero es complicado. Se hace en avión (es una pena, no se ve el paisaje) o mediante barca ya que no hay carreteras. Es por este motivo que suele ser la primera visita que se hace en Costa Rica. El medio habitual de transporte para los turistas es con coche alquilado y se suele recoger después de estar en Tortuguero.

Tomamos a primera hora el autobús dirección Tortuguero vía Cariari. En realidad fueron dos autobuses. El segundo fue una pequeña odisea con los pasillos REPLETOS de gente en pié sudando de lo lindo. Mas allá hicimos parada. Teníamos que iniciar nuestra travesía en barca. Antes de subir nos pudimos colar en una plantación de bananas. La fruta en Costa Rica es EXQUISITA.


La visita y el transporte a Tortuguero lo teníamos organizado con Bárbara. Es una bióloga Alemana que hace muchos años reside en el Parque Nacional y que tiene buena reputación entre los viajeros. Es estricta y seria. Nos llevó hasta donde grupos más numerosos (nosotros eramos 4) no llegaban.

Aquí está un link con información de ella: http://www.tinamontours.de/touren-s.htm. En los foros de Lonely Planet es fácil encontrar referencias a ella.

Lo que nos gustó es que las visitas las hacíamos con una barca sin motor (teníamos que remar) y eso que parece que tenga que ser un atraso hacía que nos pudiéramos acercar sigilosamente a los animales sin asustarlos. De lo que ya os podéis olvidar con ella es de hacer fotos a las tortugas. Llegan de noche y la luz y el ruido les molesta. ¿Os dije antes que Bárbara es estricta? Otros guías dejan, ella NO.


DÍA 3 -Visita al parque-

¡Nos vamos de paseo! La verdad es que ya tocaba. Hemos estado hasta ahora viajando de un lado a otro sin ver nada concreto.

La mañana la aprovechamos para desplazarnos por los ríos cercanos con la canoa y ver infinidad de pájaros y reptiles. Evidentemente también la famosa rana de Costa Rica. Nos sorprendió ver que era mucho más pequeña de lo que la imaginábamos. Más tarde nos adentramos en el bosque para ver la fauna de interior. Los árboles son espectaculares si nunca antes te has adentrado en la selva.

Otra cosa buena de estar en Tortuguero y no hospedarse en un resort es la posibilidad de disfrutar de la comida típica. En la casona nos comimos un delicioso arroz con camarones acompañado de rico zumo de frutas acabado de hacer. En Tortuguero no hay demasiado que hacer y se trataba de pasar la tarde hasta anochecer. Es cuando las tortugas salen del mar y se adentran en la arena de la playa para desovar.


DÍA 4 -¡De camino al Caribe!-

!Otra vez en movimiento! Tomamos un transporte en bote de los muchos que hay y que surcar los canales, unos naturales y otros construidos por el hombre. Esto nos lleva hasta el exterior del parque. Finalizamos el trayecto en Moín (Limón). Este es el punto donde tendríamos que estar recogiendo el coche de alquiler que teníamos reservado. El caso es que como nos estuvimos informando y nos pareció tan fácil decidimos retrasar el alquiler e ir en transporte público hasta Manzanillo. Esto se resume en transporte privado colectivo (minibuses) y autobuses de línea. Valió la pena. No tuvimos problema alguno y reducimos la factura de 700 y pico euros del coche que ya de por si era "barata".

Por el camino, el rato que paramos en Limón pudimos ver una ciudad grande y sin mucho encanto. Incluso diría caótica para nuestros ojos. A esas alturas de nuestras vidas habíamos viajado poco, jeje. En todo caso era fácil ver coches circulando sin matrícula, etc.

Luego, durante el camino a Manzanillo, las carreteras apenas transitadas ya hacían esperar otra cosa. Primero pasamos por Cahuita. Es la que tiene la fama pero por lo que tenemos entendido no vale la pena. Lo poco visto nos dio esa sensación. Poco más tarde pasamos por Puerto Viejo. Esto ya es otra cosa, es encantador.

Finalmente llegamos a nuestro hotel a medio camino entre Puerto Viejo y Manzanillo. Hotel Almendros y Corales http://www.almondsandcorals.com/. Lo que nos gustó fue lo curioso de dormir en una tienda de campaña con todas sus comodidades en medio de la selva y ser despertados por los gritos de los monos.

Lo malo es la falta de autonomía que teníamos por no tener coche propio. No queda por tanto más remedio que tomar una bicicleta o un taxi a Puerto Viejo pero la experiencia vale la pena.


DÍA 5 - ¡Pura vida!-


Os parecerá curioso pero "pura vida" es el saludo típico del costarricense. Toda una declaración de intenciones. Nada malo cabe esperar de unas gentes que cuando se cruzan por la calle utilizan esa expresión tal cono nosotros diríamos "hola" o "buenos días".

El día planeado era de relax: Paseo a primera hora por Puerto Viejo deambulando de tienda en tienda y por algún bar ;-) bañito en la playa y desplazarnos a Manzanillo para comernos una magnifica langosta con coco en Maxis. Este restaurante de playa en el que a media comida te puedes levantar para pegarte un chapuzón es conocido por aparecer como referencia en el libro "Pura vida" de José María Mendiluce. Es todo un clásico para el amante de la lectura y que tiene intención de visitar Costa Rica. Pues bien, la comida es deliciosa y ver a sus camareros y algunos de sus clientes es todo un espectáculo. Hablan inglés criollo y a mi me resulta imposible entenderlo. ¿Alguien recuerda el anuncio de Malibú? Si, el de "M'esta etressandoo", pues son así, ¡palabra!

Cosas de la vida, aquí estamos (uno delante y el otro detrás de la cámara) con Mendiluce. Estaba comiendo junto a nuestra mesa y al final nos decidimos a pedirle una foto. Que original por nuestra parte, ¿verdad? El caso es que no solo no se molestó, fue muy amable y entablamos conversación.

Mendiluce nos deleitó con su basto conocimiento de geografía e historia de la zona. Nosotros por nuestra parte comentamos nuestros planes para el viaje. El próximo "reto" que se nos planteaba era Bocas del Toro en Panamá. Para llegar teníamos que cruzar la frontera por Sixaola. Se suele hacer en autobús. El coche de alquiler suele tener restringido el paso. Esto requería mínimo dos días entre la ida y la vuelta y nosotros no disponíamos de ese tiempo. En un momento con solo un chasquido de dedos el ya nos había puesto en contacto con un barquero para que no llevara ida y vuelta al día siguiente. Cualquiera puede hacer lo mismo. Solo hay que pedirles ayuda a los camareros para ponerse en contacto con un barquero. Eso si, nos salió un peliiiiin más caro que el bus (creo recordar que unos 300 US$ que compartimos finalmente con otra pareja). ¿Valió la pena? SI.

DÍA 6 -Emigrar ilegalmente en patera.... a Panamá-

El título es toda una síntesis de lo que fue nuestro quinto día. A primera hora de la mañana ya estábamos partiendo en una barca a motor hacia Bocas del Toro. Resulta difícil recordar la duración de la travesía "en patera" por el Atlántico bordeando la costa. ¿Hora y media?... más o menos. Lo suficiente para acabar con dolor de cabeza del viento. En todo caso, como se suele decir, sarna con gusto no pica.

Cruzar por nuestra cuenta los límites de un país sin pasar la frontera implica no tener ningún sello en el pasaporte. Esto es un problema si a los cinco minutos de caminar te encuentras un policía panameño y te pregunta de donde vienes. Suerte que nos dio por decir Barcelona y no Manzanillo... la conversación ya toma una perspectiva diferente.

La primera impresión al llegar a destino fue de ligera decepción. El pueblo de Bocas del Toro carece de atractivo pero no hay que olvidar que son los alrededores los que hay que ver. Contratamos allí los servicios de otro barquero. La excursión para el día consistía en ver aguas turquesas, corales, delfines y playas paradisíacas de arena blanca.

La vuelta a Manzanillo fue más aventurera si cabe. Imaginemos por un momento a un humilde barquero que acaba de meterse en el bolsillo 300$ de la época en un solo día. Sumemos la coincidencia de llegar a Bocas del Toro en plenas fiestas locales. La situación resultante no puede ser otra que cuatro personas en una barca en alta mar con cara de pasmados y un barquero en pié meando los litros de cerveza bebidos durante el día. Está claro que el día fue una toda una pequeña aventura.

DÍA 7 -Manuel Antonio: del Atlántico al Pacífico en un día-

El día se presenta ajetreado. Objetivo Manuel Antonio. El problema radica en que Costa Rica a pesar de ser un país pequeño hay que dar grandes rodeos por que está plagada de parques naturales y las carreteras lógicamente no los atraviesan.

Casualmente José María Mendiluce, tenía que desplazarse ese día a San José y una vez más nos echó un cable y amablemente nos llevó hasta la misma estación Coca Cola para tomar el autobús a Manuel Antonio. Esto ya nos hizo decidir definitivamente anular nuestra reserva del coche de alquiler. Lo que nos gastamos el día anterior en ir a Panamá lo ahorramos con creces en el transporte. Por si fuera poco ni tan solo nos dejó pagar la comida y disfrutamos de un fantástico ceviche en una cevichería de carretera bien conocida por el. Este es un plato típico en muchos países latinoamericanos a base de pescado marinado con limón. El plato es delicioso, la experiencia vivida en los últimos días fantástica.

La primera tarea a la llegada a Manuel Antonio era contratar un hotel. Nos decidimos por el Villabosque http://www.hotelvillabosque.com/. Fue una decisión acertada. Correcto en su relación calidad/precio, de rango medio, cercano a la playa y con unos sensacionales balcones donde uno podía disfrutar viendo a los monos pasearse a sus anchas y con todo descaro ante nuestras narices.

En el pueblo no hay mucho que hacer más allá de visitar el parque. Estar en un hotel agradable y bien situado es recomendable. Estábamos rodeados de bosque tal como el nombre sugiere pero a pesar de ello teníamos la primera línea de playa y los restaurantes y terrazas a tiro de piedra.

Al acercarse la noche una multitud se acumula en la playa para ver caer el sol. Nosotros somos mediterráneos y estamos acostumbrados a ver amaneceres. Esta era nuestra primera puesta de sol en el mar.

DÍA 8 -Playa, selva, fauna y puestas de sol-

Después de viajar todo el día anterior nos habíamos ganado a pulso un descanso. Manuel Antonio está situado en Playa Espadilla. Caminando se puede llegar hasta Playa Manuel Antonio previo pago de la entrada al parque. Se atraviesa el bosque y se tiene que hacer un pequeño paseo para superar Punta Catedral donde hay un mirador desde donde se puede disfrutar de buenas vistas.

Un consejo: Por el camino hay que vigilar si se lleva comida.

Los monos son muy monos hasta que descubren que llevas comida y les entra la mala leche si no se la das. Son como bandas organizadas de pequeños delincuentes. En todo caso no hay de que preocuparse y más bien hay que disfrutar de ellos mientras se avanza a la playa. Es un verdadero espectáculo poderlos ver como se dejan ver ante las personas sin pudor alguno.

También se puede observar sin gran dificultad reptiles de apariencia fiera. Todo fachada. No hay que tener miedo de ellos ya que no solo son inofensivos sino que se asustan fácilmente de nosotros.

En resumen, Manuel Antonio es un lugar donde no solo disfrutar de bonitas playas, también es un lugar para caminar sin prisa y con cuatro ojos prestando atención a su amplia variedad de mamíferos y reptiles. Los más apasionados por la fauna alquilan los servicios de guías especializados.

Después de un día agotador, antes de cenar y retirarse a descansar nada mejor que volver a Playa Espadilla a tomar una refrescante agua de pipa (leche de coco). Es deliciosa y un buen acompañamiento para ver otra puesta de sol.

DÍA 9 -Volcán Arenal-


Es la primera vez que veremos un volcán en activo pero antes hay que llegar al Arenal y eso en autobús tiene su currito. El tráfico en Costa Rica está organizado de forma radial y para ir a nuestro destino una vez más tuvimos que pasar por San José.

Hay que salir a primera hora de la mañana en el autobús que nos devuelve a la terminal Coca Cola. Posteriormente hay que desplazarse a la terminal Atlántico Norte. Nosotros lo hicimos a pie ya que la distancia no es mucha. Es desde este punto donde parten los autobuses para Arenal vía Quesada.

Aquí realmente nos tuvimos que comportar como buenos viajeros a pesar de que consideramos que llevábamos la L de novato colgada en la espalda. El trayecto San José - Arenal fue durillo.

Unos consejos que pueden resultar útiles llegados a este punto:

  1. La empresa de autobuses deja mucho que desear y sobrevende billetes. No hay que llegar con el tiempo justo si no queréis viajar de pie todo el trayecto (unas 5 horas). La gente estaba espalda con espalda en el pasillo mirando a lado y lado del autobús.
  2. Vigilad el equipaje ya que intentan robar incluso en la misma bodega del autobús. Nosotros llevábamos dos mochilas. Una de ellas la teníamos protegida con reja metálica antirrobo. Algunos habréis escuchado hablar de ella. Se llama Pacsafe y es complicado encontrarla en las tiendas. En Barcelona la podréis encontrar en una tienda llamada Intemperie http://www.intemperie.net/. Los demás tendreis que tirar de Google.
  3. No os podéis fiar de nadie. Intentaron robarnos cosas de la mochila que no estaba protegida. ¿Quién? Pues el H.P. del acomodador del autobús. Nuestra desconfianza nos hizo bajar un momento del autobús y eso le incomodó. Más tarde vimos que efectivamente el interior había sido manipulado.
Después de mucho sufrimiento finalmente llegamos a destino. Es fácil encontrar hotel si no se tiene ya que una multitud espera la llegada de los turistas para intentar llevarlos al suyo. Nosotros teníamos reserva en el hotel Montaña de fuego http://www.montanadefuego.com/espanol/. Es cómodo, precio medio/alto, dispuesto en bungalows y con excelentes vistas al volcán. Las habitaciones 21 y 22 gozan de las mejores vistas. Por la noche da gusto beberse una buena cerveza viendo la lava bajar la montaña.

DÍA 10 -Donde hay volcanes... ¡Hay aguas termales!-

El Arenal guarda un tesoro que a pesar de ser conocido no lo es tanto como su volcán. Se trata de Tabacón http://www.tabacon.com/.

Tabacón es un resort con aguas termales, restaurantes de comida sana y una piscina de agua caliente donde tomar cocktails sin salir de ella. Es un lugar rodeado de naturaleza. La entrada da acceso al recinto para todo el día.

A primera hora ya estábamos aprovechando el tiempo al máximo. Cuando nos cansamos volvimos al Arenal donde comimos en un restaurante típico y visitamos la catarata La Fortuna. Más tarde volvimos para acabar bañándonos y tomando cocktails por la noche.

No hicimos ninguna actividad adicional en El Arenal ya que el tiempo no nos lo permitía. A quien le guste el excursionismo hay salidas a pie o a caballo. Algunas de ellas están condicionadas por la lluvia. Este factor no suele ser problemático ya que cuando llueve lo hace siempre a la misma hora y es fácil planear el día. El problema es que los caminos no asfaltados se transforman en barrizales y el treking resulta francamente duro. La época en la que visitamos Costa Rica no hacía recomendable este tipo de actividades.

DÍA 11 -Duro camino hacia Monteverde-

Monteverde es otra de las visitas obligadas en Costa Rica. En nuestro hotel del Arenal contratamos el desplazamiento. Esta fue la excepción a la regla. No tener coche de alquiler hizo nuestro trayecto menos duro. La ruta en coche es tortuosa por pistas sin alsfalto y hay que rodear un lago artificial que nosotros atravesamos en barca con la consecuente reducción de tiempo. Inevitablemente la última parte del trayecto la hicimos en minibús.... ¡Que "carreteras"! Llegamos a medio día.

Una vez más buscamos hotel a la llegada del pueblo. Ya conocéis la frase de "para gustos colores". Encontramos una pareja española que nos recomendó el hotel El Sueño. Ciertamente era muy barato pero también muy cutre. Sus dueños no nos gustaron mucho más que el establecimiento. Las carreteras han de ser reconstruidas diversas veces durante la temporada de lluvia a causa de los desprendimientos. Ellos reconocieron orgullosos que el pueblo se ha negado a que estas sean asfaltadas por que llegar a Monteverde es tan duro que el viajero no tiene fuerzas para irse al día siguiente y se queda un mínimo de dos noches. Dicho y hecho. Esa misma tarde cruzamos el bosque lluvioso de puente en puente. Lo contratamos con una compañía que nos habían recomendado. Es una de las mejores del país para esta actividad si es que no es la mejor. Selvatura http://www.selvatura.com/espanol/. Había que aprovechar el tiempo si nos queríamos ir al día siguiente, jejeje...

DÍA 12 -Hoy canopy... y vuelta a San José-

El canopy es la actividad lúdica más famosa de Costa Rica. Se practica en numerosos lugares pero Monteverde es el mejor. El día anterior habíamos reservado con Aventura Canopy Tour http://www.monteverdecostarica.info/monteverde_tours/Aventura-canopy.htm que también goza de buena reputación. Realmente es divertido.

Tras realizar el canopi tomamos el autobús para ir a San José no sin antes disfrutar viendo la cara de incredulidad de los dueños del hotel. Solo habíamos estado un día. Esperamos haber contribuido al progreso de la zona y que en breve asfalten los caminos, jeje.

Nuevamente estábamos en un autobús. Eso requiere cargarse de paciencia. Nos quedaba nuevamente horas de viaje por delante y gran parte de ellas por camino sin asfaltar. Al anochecer ya estábamos en San José. El hotel es lo de menos. Era un muy buen hotel pero alejado del centro y por tanto dependíamos totalmente del taxi (cosa que a mi no me gusta nada).

DÍA 13 -Volcán Poas y visita a la fábrica de Café Britt-

Esto de viajar exige disciplina. Quien quiera descansar mejor que se quede en casa. El día anterior había sido agotador pero para ver el Poas hay que levantarse temprano y estar como mucho entre las 8 y las 9 de la mañana. Quien no cumpla corre el riesgo de verse frustrado por las nubes que se acumulan en el.

La laguna del interior es de color turquesa. No es posible bajar hasta la misma boca por estar prohibido. El acceso al parque es pagando (para variar). Nosotros nos desplazamos en taxi pero se puede hacer en autobús.

La visita al Volcán Poas es breve. Puestos a buscar algo que hacer ya que era temprano y quedaba tanto día por delante, ¿que mejor ya que estábamos en Costa Rica que visitar la empresa más importante de café del país?

Café Britt http://www.cafebritt.com/ organiza Caffee Tours en los que se explica de forma muy divertida el proceso de producción del café. Nos lo pasamos bien haciendo culturilla gracias a la puesta en escena. Actores profesionales de telenovelas costarricenses encarnaban los papeles de capataces, recolectores, etc. En una actuación a medio camino entre el culebrón y la visita guiada nos pasó el tiempo volando y salimos de allá sabiendo algo más sobre el mundo del café.

Los tours son en español e inglés. Se puede pagar con Visa. Hay que reservar. La visita incluye el almuerzo. Al finalizar el tour es posible comprar cualquiera de los productos producidos por Britt.

Como estábamos exprimiendo el día resulta que nos quedaba toda la tarde por delante. Nos desplazamos a Alajuela, lugar cercano y donde hay una gran concentración de tiendas de artesanía por sus calles donde adquirir souvenirs.

El souvenir típico de Costa Rica es la carreta de madera. La verdad es que no conocemos nadie que haya comprado una. No sabríamos donde colocarla en nuestra casa. También fabrican otros artículos de madera más útiles y estéticos para el hogar. Otro clásico son las hamacas pero en San José se pueden adquirir a mejor precio.

DÍA 14 -Últimas horas paseando por San Jósé-

Como la mayoría de capitales, San José no goza de buena reputación a nivel de seguridad. En todo caso no nos sentimos especialmente intimidados en ningún momento teniendo presente que nos paseamos por el centro y a plena luz del día.

En honor a la verdad no nos curramos demasiado la visita a la capital. Todo el mundo nos había comentado que no es un lugar de gran encanto. Así pues nos dedicamos a matar las últimas horas dando un corto paseo por el centro y realizando las últimas compras en el Mercado Central.

Hora de volver a casa. Pago de tasa en el aeropuerto (se acepta pago con tarjeta de crédito) y vuelta al trabajo. Hay que ahorrar para el próximo viaje....


(c) Ezequiel Jiménez Borra & Mónica Valls Moreno

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