domingo, 13 de abril de 2008

Nueva Zelanda, Inglaterra en las antípodas

Más allá de si el inglés es una barrera o no, Nueva Zelanda es un destino fácil y por otro lado es perfecto para conocer un país de naturaleza exhuberante y gente amable. Desde las playas de Abel Tasman a los glaciares Fox o Franz Josef, desde las montañas de Tongariro o el Monte Cook hasta los fiordos neozelandeses en Fiorland, Nueva Zelanda se muestra como un país acogedor con cierto aire de Inglaterra rural solo roto por ciudades como Auckland o Wellington.

FICHA TÉCNICA

¿Por que Nueva Zelanda?: Un nuevo viaje nos planteamos a principios del año 2005 con vistas a junio. A la hora de decidir el destino, diversos fueron los condicionantes a tener presentes más allá de nuestros gustos.

Era nuestra luna de miel y por tanto necesitábamos un destino con poca dificultad organizativa ya que nuestra cabeza estaba en otros menesteres. Queríamos ver paisajes. Queríamos ir a un país donde viajar en inglés ya que el viaje anterior era a Costa Rica y queríamos un grado más de dificultad en nuestro "aprendizaje de viajeros".
Nueva Zelanda tenía todos los ingredientes. Está superorganizada y acostumbrada al turismo y no hay nada que discutir sobre sus paisajes ya que está plagada de parques naturales. Sus habitantes rozan la amabilidad extrema. No es difícil que alguien se pare en la calle si que se le requiera para ofrecer su ayuda si ven al viajero "perdido".

Días: 19.
Fecha: Junio del 2005.
Itinerario: Auckland, Waitomo, Rotorua, Taupo, Tongariro, Wellington, Parque Abel Tasman, Pancake Rocks, Glaciar Franz Josef y Glaciar Fox, Queenstown, Milford Sounds, Dunedin, Christchurch.


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Medios de transporte utilizados: Coche de alquiler y ferry.

Visado: No requerido.

Permisos de conducir: Licencia internacional.

Datos de interés para la conducción: Se conduce por la izquierda. La conducción es tranquila. Las carreteras están en buen estado. Hay tan poco tráfico que hay puentes que tienen un solo carril por que no hacen falta dos. Hay que procurar llevar el depósito lleno por que hay pocas gasolineras y mucha distancia entre ellas.

ISLA NORTE

DÍA 1 -Volando hacia las antípodas-

Volar a Nueva Zelanda desde Barcelona es un hecho que merece recordar. No siempre se inicia un viaje con la seguridad de que nunca jamás se volverá a estar tan lejos de casa. El espacio por el momento todavía nos resulta ciencia ficción. De hecho solemos bromear con el hecho de que si nos hubiéramos ido más lejos estaríamos regresando.

El viaje duró 35 horas aproximadamente contando el tiempo de las paradas. Barcelona - Londres con Iberia y Londres - Auckland vía Los Ángeles con Air New Zealand. Todo conexionado.

El servicio y la atención de Air New Zealand es el mejor del que hemos disfrutado nunca en ningún vuelo. La comida servida abordo y acompañada de vinos y espumosos neozelandeses está igualmente en consonancia.

DÍA 2 -Conduciendo por la izquierda hacia Auckland-

Llegamos a las 05.00. Nuestro primer cometido fue reclamar una de las maletas. Dentro del enfado nos alegramos de haber distribuido nuestra ropa en partes iguales entre dos maletas. Resultó ser que la maleta no se perdió y debido al sobrepeso que llevaba el avión la enviaron en otro vuelo vía Sidney. Según normativa, pasadas 24 horas la compañía tiene que indemnizar económicamente. No se dio el caso.

A las 07.00 la compañía de alquiler de coches nos recogió en el aeropuerto previa llamada telefónica para llevarnos a sus oficinas a realizar los trámites. La compañía contratada fue Ezi-RentCar http://www.nationwiderentalcars.co.nz/Home. Era una pequeña compañía con buenos precios. El coche elegido fue un Nissan Starlet, pequeñito y por tanto baratito pero matón. Se comportó como un campeón.

Es importante a la hora de contratar un coche verificar si se puede pasar con el de la isla norte a la isla sur en el ferry. Nosotros no tuvimos problema pero parece ser que no es posible con todas las agencias de alquiler.

Conducir por la izquierda no resultó ser tan complicado a pesar de que la sensación era extraña y cada glorieta por la que pasábamos resultaba ser un pequeño dilema. No resulta complicado conducir por Auckland. Los neozelandeses son más tranquilos que nosotros. Nuestra primera misión al volante de nuestro Nissan Starlet era encontrar un hotel.

Nos hospedamos el hotel Mercure http://www.mercure.com/mercure/fichehotel/gb/mer/1721/fiche_hotel.shtml. Precio medio y calidad de servicio previsible por ser una cadena conocida. Dispone de parking. Su situación es buena y no resulta necesario el coche para realizar la mayor parte de las visitas.

Comenzamos paseando por el centro y visitando la Sky Tower. Es una torre de comunicaciones y es el edificio más alto del país. En la parte inferior se hay una tienda de souvenirs desde donde se puede ascender hasta la parte superior donde se puede disfrutar de magníficas vistas de Auckland desde cualquiera de sus dos restaurantes que giran 360º mostrando toda la ciudad.

Continuamos por la tarde visitando Victoria Park Market, una antigua fábrica restaurada en la que se vende principalmente artículos de artesanía.

El día lo finalizamos conduciendo para cruzar Harbour Bridge. Desde el otro lado disfrutamos del skyline nocturno de la ciudad, es una manera de acabar el primer día con toda una postal clásica de la ciudad.

DÍA 3 -Haciendo culturilla en Auckland-

El día lo comenzamos caminando por el harbour (el puerto). Sería algo parecido al puerto olímpico de Barcelona salvando las diferencias. No li vimos de noche pero nos dio la sensación que dentro de las limitaciones de la vida nocturna del país había ambiente.

A continuación nos desplazamos al Auckland Museum http://www.aucklandmuseum.com/. Fue instructivo. Se hace un repaso muy ilustrativo de la vida e historia de Nueva Zelanda. Podemos ver las olas migratorias del hombre polinesio y su llegada al país, la zoología, el papel en la guerra mundial, las tradiciones maoríes y como no, se puede asistir en directo a danzas de haca, el famoso baile que precede a toda lucha.

Tras finalizar nuestra estancia en el museo salimos de la ciudad y nos preparamos para nuestro primer gran desplazamiento. Nos dirigimos a Rotorua. Antes nos detenemos por el camino en Waitomo para visitar las famosas Glow Worm Caves http://www.waitomo.com/waitomo-glowworm-caves.aspx.

La visita a las cuevas de Waitomo es uno de esos delicados espectáculos que la naturaleza ofrece. Comienza con un paseo por el interior de las cuevas. Son inmensas. Después de unos minutos caminando y salvar desniveles se llega a un lago interior donde se toma una barca para atravesar el interior y salir por otro extremos. A medio trayecto, apagando las luces, levantando las cabezas para mirar el techo de la cueva aparece ante el espectador cientos y cientos de luciérnagas interpretando conjuntamente el papel de cielo estrellado. Es toda una belleza.

Continuamos el trayecto y llegamos de noche a destino. Buscamos alojamiento a buen precio. En esto Nueva Zelanda es genial. Es habitual encontrar un luminoso a la puerta del hotel indicando la disponibilidad y precio de habitaciones de manera que no hace falta ni bajar del coche. Nos decidimos por el Ibis http://www.ibishotel.com/ibis/fichehotel/gb/ibi/5689/fiche_hotel.shtml. Nuevamente una cadena, a las afueras que no es necesariamente malo ya que aparcamos gratis y siendo tan pequeño el pueblo en cinco minutos se llega caminando al centro.

DÍA 4 -Rotorua, el refugio humeante de los maoríes-

Rotorua es un bonito pueblecito al más puro estilo inglés que ofrece una magnífica postal al lado de su lago. Incluso en un tiempo habitualmente triste como es el otoño es una maravilla deleitarse con la cámara de fotos capturando rojos, verdes y azules en una misma foto.

Puestos a integrarnos en el país nada mejor que comenzar con un desayuno típico en el lugar más conocido del pueblo el Fat Dog Cafe http://www.fatdogcafe.co.nz/. Tal como indica el nombre del establecimiento se puede intuir que no se pasa mucha hambre... repito, uno no se puede ir del país sin pegarse un desayuno como este, jeje.

Este es un lugar conocido por su actividad geológica. Visitamos por la mañana Te Puia http://www.nzmaori.co.nz/. En este lugar se ofrecen visitas guiadas donde contemplar aguas termales, géisers, lodos en ebullición, etc. Al llegar al final del trayecto, nuevamente volvemos a contemplar interpretaciones maoríes de Haca.

Cumplidos nuestros objetivos decidimos pasar la tarde en Polynesian Spa http://www.polynesianspa.co.nz/. Este es un lugar donde se aprovechan los efectos beneficiosos de las aguas termales. Se puede bañar en las diversas laguna, recibir masajes o simplemente ir a dar un paseo para disfrutar de las vistas y tomar algo en su cafeteria con su gran oferta de zumos y otros productos naturales.

DÍA 5 -Tongariro, el país de Mordor-

Iniciamos el día dirigiéndonos al parque nacional. El trayecto pasa por Taupo, bonita población situada al igual que Rotorua en el margen de un lago. Pocos kilómetros antes nos detenemos en Craters of the Moon http://en.wikipedia.org/wiki/Taupo_volcanic_zone.

Con un paisaje que hace honor a su nombre, este es uno más de los lugares donde se puede disfrutar de la rica geología de un país situado en la confluencia de placas tectónicas.

Después de hacer nuevamente un alto en el camino en Taupo seguimos nuestro itinerario. Al llegar al otro lado del lago, en lo alto del mirador nos giramos para ver por última vez el camino recorrido y lo que a nuestra espalda dejamos.

Tongariro está considerado parque nacional. Es un lugar montañoso de picos cubiertos por la nieve que no dejan ver su rocosidad. La llegada a este lugar se hace por la carretera que conduce al pueblo y lo primero que encontramos es el monte Ruapehu y el Chateau de Tongariro http://www.chateau.co.nz/ vigilando a sus pies. Este es un hotel de gran fama y reputación y de lujo ostentoso.

Entramos al hall del hotel pero su estética apabullante nos genera bastante pereza. No es lo que estamos buscando... al menos por esta vez. Nos alojamos finalmente en el Skotel http://www.skotel.com/. Es de precio medio, accesible a pié desde la población, correcto y tranquilo.
Nuestra visita a Tongariro es breve. Para nosotros es un lugar de paso en nuestro camino a Wellington. Los que deciden pasar más tiempo lo hacen normalmente motivado por las muchas posibilidades que este lugar ofrece para hacer senderismo. Las rutas están muy bien indicadas señalando direcciones, distancias y tiempos. Nueva Zelanda es un lugar donde el oficio de turista es sencillo desempeñarlo.

DÍA 6 -Camino a Wellington-

Con el depósito de la gasolina medio vacío (nada recomendable en este país) salimos dirección a la capital (y buscando una gasolinera).

Este es hasta la fecha el recorrido más largo realizado en coche en un solo día en lo que llevamos de viaje. Saliendo como siempre por la mañana no llegamos hasta el centro de la ciudad a media tarde. A pesar de no realizar la más modélica de las conducciones ya que llevábamos bastante "brío", es un camino largo y hay que hacer paradas para comer, tomar algo, etc.

Nos alojamos en el hotel Novotel de Wellington http://www.novotel.com/fichehotel/gb/nov/3276/fiche_hotel.shtml. Está muy bien situado, en el distrito financiero y una vez más lo elegimos por su fácil acceso a los lugares de interés caminando. Los precios son sensiblemente inferiores en fin de semana ya que su clientela habitual suelen ser hombres de negocio.

Nada más llegar hicimos un breve paseo por las inmediaciones. Cuando nos quisimos dar cuenta nos encontramos con dificultades para cenar. La hora normal suele ser sobre las 19h de manera que hay que olvidarse de hábitos españoles si no se quiere pasar hambre.

DÍA 7 -Visitando la city-

Wellington a pesar de ser la capital es una ciudad tranquila donde solo hay construcciones verticales en el centro financiero y donde al menos los turistas no percibimos stress ni peligro.

Actividades obligadas son subir al mirador en funicular con el Cable Car http://en.wikipedia.org/wiki/Wellington_Cable_Car y pasear por los alrededores de Cuba street.

Para subir al mirador se parte desde el mismo centro a unos pocos cientos de metros del hotel donde estábamos situados. Se goza de buenas vistas de la ciudad y de la bahía. Hay también un museo del Cable Car y una pequeña tienda de souvenirs.

Una vez de vuelta nos dirigimos a Cuba st. donde paseamos por la que es probablemente la calle más comercial y con más ambiente de la ciudad. Es una zona peatonal que a pesar de lo dicho anteriormente y en la línea de lo que es la ciudad es un lugar tranquilo.

No podemos finalizar el día sin atar cabos y comprar los billetes del ferry que al día siguiente nos llevaría a la isla sur. Los compramos presencialmente en la misma compañía. Lo hicimos con Interislander http://www.interislander.co.nz/. También se puede realizar la travesía con Bluebridge http://www.bluebridge.co.nz/. A la hora de decidirse por una u otra hay que tener presente no solo el precio, también los horarios que según la temporada se ven alterados.

ISLA SUR

DÍA 8 -Dirección Parque Abel Tasman-

Para cruzar de una isla a la otra se hace en ferry desde Wellington a Picton. Dependiendo de la agencia de alquiler de coches existen restricciones para poder atravesar con el coche y se tiene que liberar el coche antes de partir para tomar otro en Picton. Afortunadamente no fue nuestro caso.

El trayecto a Picton ofrece bonitas vistas y se puede hacer alguna foto digna si es que no está picado el mar o hace viento y podemos mantener el pulso.

La isla sur tiene fama de ser paisajísticamente más rica y variada que la isla norte. La percepción es clara solo tocar tierra. La carretera que conduce a Nelson ofrece bonitas vistas. Este fue nuestro destino por ser la ciudad más significativa en las cercanías del Parque Nacional Abel Tasman.

Nos hospedamos en DeLorenzo's http://www.delorenzos.co.nz/. Es un apartotel tremendamente acogedor, tanto por sus propietarios como por sus instalaciones y el cuidado de las mismas. No era el lugar más barato de la población pero por propia iniciativa nos arreglaron el precio dadas las horas de llegada y la temporada. La localización del alojamiento no es el factor principal a tener en cuenta en este caso por que el interés está focalizado en la visita al parque y necesariamente se tiene que ir en coche.

DÍA 9 -Caminando por Abel Tasman-

El Parque Nacional Abel Tasman http://www.abeltasman.co.nz/ es un lugar de 23.000 hectáreas lleno de zonas boscosas por las que pasear y bordeado por playas en las que hacer kayak, disfrutar de paisajes o ver focas. Este parque recibe su nombre del explorador holandés que a mediados del siglo XVII descubre Nueva Zelanda y la isla que hoy conocemos como Tasmania.

Estuvimos un día. Es tiempo justo pero suficiente para llevarse una visión superficial, incluida la de algunas de las estampas más típicas y conocidas. El viajero que disponga de más tiempo puede realizar visitas más extensas que suelen oscilar entre los dos y los cinco días.

Nuestra intención inicial era tomar un bote desde Marahau y llegar hasta la zona donde se suelen avistar focas. El caso es que no llegamos a tiempo, hay que tener muy en cuenta las frecuencias de salida. Así pues nos limitamos a realizar el recorrido clásico para un día que bordea la playa.

Al llegar a la entrada del parque firmamos en el libro de visitas. No somos cotillas pero... no pudimos evitar la tentación de hojearlo. A pesar de ser hasta cierto punto normal, no deja de ser extraño darse cuenta que eres el único español que ha pasado por el lugar en muchos días.

DÍA 10 -De Nelson a Fanz Josef Glacier en un día pasando por las Pancake Rocks-

Con el check out hecho y la propietaria del apartotel entre incrédula y horrorizada al conocer nuestros planes para el día partimos hacia el glaciar Franz Josef con la intención de desviarnos ligeramente del camino para pasar cerca de Westport y a continuación dirigirnos hacia las Pancake Rocks.

Ciertamente era un largo recorrido, más si tenemos presente que no hay vías rápidas y se hace el trayecto por carreteras convencionales. Hay que tener también presente que nuestro viaje lo realizamos a las puertas del invierno austral. En Franz Josef las carreteras son estrechas y fácilmente pueden estar nevadas. El remedio es echar grava pero está claro que no es nada bueno para ir con prisas ya que es fácil tener disgustos en esas condiciones.

Así pues, llegamos a la hora de comer a las Pancake Rocks (cerca de Punakaiki). Momento ideal para hacer una parada en el camino, estirar las piernas caminando por el mirador que muestra las famosas rocas talladas por vientos y mareas, reponer energías y seguir la ruta.

Se nos hizo de noche en la carretera. El camino, una vez más pasa al lado de lagos. El atardecer en estos lagos es una estampa magnífica. A pesar de las ganas de llegar a nuestro destino nos paramos en la carretera para ver la puesta de sol.

Ya siendo de noche finalmente llegamos a Franz Josef y nos alojamos en el hotel Scenic Circle Franz Josef http://www.scenic-circle.co.nz/hotel.asp?id=13. Creo recordar (ha pasado bastante tiempo desde el viaje) que habían dos hoteles de esta cadena en el pueblo, uno a las afueras según se llega a mano derecha y otro más céntrico a mano izquierda. Estuvimos en el segundo entre otros motivos por que creo recordar que era temporada baja y el primero estaba cerrado.

DÍA 11 -Franz Josef & Fox Glacier, maravillas en peligro-

Somos afortunados. Visitamos conscientemente el país en una época poco recomendable por que estando en puertas del invierno teníamos muchos números de que lloviera o nevara y no pudiéramos realizar las visitas planeadas. Por lo que escuchamos en esa zona llueve unos 300 días al año. Hizo un sol radiante.

A la mañana visitamos el glaciar Franz Josef. Se tiene que aparcar el coche a cierta distancia y finalizar el recorrido andando. Llegados a este punto se puede observar el glaciar o bien contratando excursiones que incluyen guía y equipamiento especial uno se puede adentrar. Existe también la posibilidad de contratar un tour en helicóptero y sobrevolar el glaciar.

A medida que uno se acerca con el coche se da cuenta que el cambio climático verdaderamente existe. Esto, hoy, en el 2008 está muy de moda. En el 2005 cuando realizamos este viaje no se hablaba con la misma frecuencia del tema pero el visitante de Franz Josef no puede volver del glaciar negando los hechos. Mucho antes de llegar al parking encontramos un cartel recordando hasta donde llegaba el glaciar en el siglo XVII. Hasta llegar a la posición que donde finaliza el glaciar hoy en día se pueden ir encontrando sucesivos carteles ampliamente espaciados. La imagen final y más representativa de todo esto es llegar al pié del glaciar, darse la vuelta y mirar toda la extensión de terreno pedregoso que se aleja entre las montañas. Todo era glaciar.

A la tarde visitamos Glaciar Fox, un espectáculo de similares características sometido a los mismos peligros. Por el camino rocoso que llega hasta el mismo glaciar se pueden observar paredes lisas de piedra esculpidas por las lenguas de hielo que una vez llegaros hasta allá.

DÍA 12 -Milford Sounds, otro tute en coche pasando por Queenstown-

Con las pilas bien cargadas nos levantamos temprano para una nueva etapa de largo recorrido. El propósito era llegar a Te Anau, población de descanso desde la que se accede al Parque Nacional Fiordland http://www.fiordland.org.nz/, tierra de fiordos.

A medio camino aproximadamente encontramos Queenstown como no en uno de los márgenes de un lago. Actividades habituales del turista en este lugar suelen ser pasear en barco por el lago, realizar deportes de aventura y también ascender en teleférico. Nosotros nos limitamos a pasear por las calles del centro de la población y apalancarnos a admirar las vistas al borde del lago.

Nos mentalizamos nuevamente para acabar de realizar el trayecto que nos queda pendiente y partimos.

Una vez en ruta de nuevo nos aseguramos de llevar el depósito del coche bien lleno. Como ya comentamos anteriormente las gasolineras no abundan en este país. Decenas de kilómetros antes de llegar a Te Anau ya se advierte al viajero que no va a encontrar ninguna gasolinera más en muchos kilómetros. Si hacemos caso omiso podemos encontrarnos con que seamos capaces de llegar al destino pero no volver de el. El único camino de vuelta de Te Anau es realizando el recorrido inverso.

Nos alojamos en Lake Front Lodge http://www.lakefrontlodgeteanau.com/. Como todos los sitios donde habíamos estado era un lugar limpio, las habitaciones eran espaciosas, el personal era amable y se podía llegar al centro del pueblo a pié sin problema. El precio respecto al resto era medio. Las habitaciones no están orientadas al lago ya que este establecimiento está en una calle perpendicular al mismo pero creo que a estas alturas del viaje uno ya tiene su apetito saciado. Los hoteles que están orientados al lago tienden a tener precios más elevados.

DÍA 13 -Navegando por los Fiordos-

Era la primera vez que íbamos a ver fiordos de manera que nos resulta imposible realizar comparaciones. En todo caso lo visto nos pareció un espectáculo majestuoso y uno de los lugares que más nos gustó de lo visto en Nueva Zelanda.

¡Que grandes fotos! Y no es por que fueran hechas por nosotros. No. Es que lo que teníamos ante nosotros era de tal belleza que cualquier cosa que capturábamos con la cámara valía la pena. El tiempo se comportó y no llegó a llover a pesar de que el cielo estaba tapado. De vez en cuando el sol conseguía hacer pequeños rasguños en las nubes y atravesarlas. Eso no hacía más que aumentar el atractivo del reflejo de las montañas sobre las aguas tranquilas.

Para realizar la visita se tiene que partir de Te Anau en coche hasta el interior del parque. Hay unas pocas decenas de kilómetros. Se llega a una zona de restaurantes donde se puede dejar el coche aparcado. Metros más allá está el embarcadero donde se pueden adquirir los tickets en el momento y zarpar en barca. El paseo lleva hasta el principio del fiordo en el mar. El trayecto se hace resguardado por montañas que se erigen sobre nuestras cabezas y cascadas cayendo desde lo alto de ellas. Con un poco de suerte incluso se puede llegar a ver como nosotros hicimos focas descansando plácidamente en los márgenes.

DÍA 14 -De oeste a este hacia Dunedin-

¡Que gran coche nuestro Nissan Starlet! Nuevamente nos pusimos en camino galopando con nuestro coche entre praderas y cerros verdes invadidos por ovejas. El territorio está inundado de ellas.

Llegamos a Dunedin. Como siempre nuestra primera misión era buscar un lugar donde dormir. A riesgo de equivocarnos por la distancia en el tiempo seguramente nos hospedamos en el Cable Court Motel http://www.cablecourtmotel.co.nz/. Llegamos sin reserva y las opciones bueno+bonito+barato comenzaban a escasear. El motel una vez más era más que correcto al igual que el servicio. Estaba un poco más alejado del centro de lo que hubiéramos deseado pero no lo suficiente para no podernos desplazar caminando.

Existen múltiples sitios y actividades a realizar en Dunedin. Es visita obligada la estación de tren construida en 1906 y algunas de sus iglesias en su mayoría dispuestas en los alrededores de The Octogon. Este lugar es el centro de la ciudad ya que esta se vertebra a partir de esta plaza octogonal. Es por tanto también el lugar de mayor actividad comercial y de restauración continuando por George st.

DÍA 15 -Dunedin, entre focas-

Nuestro primer día en Dunedin lo dedicamos a visitar la Península de Otago. El desplazamiento se tiene que hacer en coche por una carretera que bordea la costa. Como siempre las vistas son fantásticas.

En este lugar hay diversas empresas que se dedican a realizar visitas guiadas en las que muestran la fauna autóctona. Nuestro plan para el día era ver focas en su habitad. Las mejores referencias las teníamos con Natures Wonders http://www.visit-dunedin.co.nz/natures_wonders.html.

La visita que realizamos no solo nos pareció instructiva. También resulto divertida. El tour se realiza en unos vehículos 4x4 preparados para el terreno. Se recorre una distancia considerable, al menos la suficiente para no hacer el recorrido a pié y se afrontan desniveles bastante pronunciados en algunas ocasiones.

La vista que se llega a tener de las focas es realmente buena. A pesar de que no está permitido se podrían llegar a tocar. Están literalmente al alcance de la mano. Es la mejor compañía para realizar la visita simplemente por que el terreno donde desarrollan su actividad es el habitad natural de estos animales. No es así si se espera ver pingüinos por más que lo anuncien en su catálogo.

DÍA 16 -Dunedin, entre pingüinos-

El segundo día lo comenzamos recorriendo a pié el centro. Es un lugar de construcciones bajas y coloridas solo superadas en altura por las iglesias de la zona.

La tarde la dedicamos a saldar deudas. Nos faltaba ver aquello que resultaba más difícil. Pingüinos. Concretamente los pingüinos de ojos amarillos. Es una especie en peligro de extinción que vive en la zona. Son complicados de ver por que son poco amantes de la presencia humana. En cuanto advierten alguien que les observa desaparecen más rápido de lo que sus cortas patas pudieran sugerir. La mejor compañía para disfrutar de estos animales es Penguin Place http://www.penguinplace.co.nz/.

Esta empresa también opera en la Península de Otago y sus instalaciones son el habitad de esta especie. Para verlos sin problemas evitando que nos detecten y por tanto que se ruboricen y se escondan debido a su gran introversión se han construido trincheras que atraviesan todo el terreno por las que se puede caminar perfectamente y que están camufladas de manera que desde las aperturas practicadas en ellas, podemos ver sin ser vistos.

DÍA 17 -El último rally hacia Christchurch-

El final de nuestra estancia en Nueva Zelanda se aproxima. Nos dirigimos hacia nuestro último destino, Christchurch. El trayecto no es corto pero la carretera es buena y en la parte final del recorrido cuenta con grandes rectas en las que nuestro pequeño bote con ruedas nos demuestra de que es capaz. Es posible que por unos momentos hayamos sido el ser humano desplazándose más rápido por tierra en todo el país.

Christchurch es sin dejar de ser una ciudad tranquila, un lugar con ambiente en las calles y con vigor comercial. En su centro la iglesia a la que probablemente debe su nombre. Otro de sus rasgos característicos es su tranvía. Cuenta también con un área dedicada a artistas y artesanos donde se pueden realizar adquisiciones directamente al autor. De todas maneras los precios no son un regalo. Vale también la pena pasear por alguno de sus verdes y floreados parques.

Nos alojamos en el motel Colombo in the City http://www.motelcolombo.co.nz/. Moderno, limpio, precio medio y una vez más también accesible desde el centro a pié.

Por ser el último día nos dedicamos a intentar comprar algún souvenir pero nos resultó complicado. Artículos típicos son por dar un ejemplo zapatillas o prendas fabricadas a partir de la lana de oveja pero no son muy fashion que digamos. Por otro lado, las figuras de madera representativas de la cultura maorí son made in china ni que no lo digan. A ojos del no experto se pueden distinguir de las verdaderas básicamente en el precio y vaya por delante que el de las chinas no es bajo. Por lo demás, en Nueva Zelanda no se vende o fabrica nada que no se pueda encontrar en nuestras tiendas por que más allá de estar en las antípodas, estamos en occidente.

DÍA 18 -Salir del país por piernas-

El día se presentaba tranquilo. Entregar el coche en la agencia de alquiler, ser llevados al aeropuerto y tomar el vuelo a Auckland conexionado con el siguiente que nos tenía que llevar a Polinesia.

El primer contratiempo ya lo encontramos en el aeropuerto de Christchurch. Son exigentes con el cumplimiento de la normativa y nos obligaron a rebajar el peso de nuestro equipaje de mano. Pues nada… abrimos nuestras maletas allá mismo y comenzamos a mover trapos de un sitio a otro.

El segundo contratiempo fue una demora de más de una hora por problemas mecánicos que implicaba perdida del vuelo de conexión con el agravante que el próximo no salía hasta pasada media semana. Nos costó ser muy pesados pero finalmente hicieron que todo un Boeing 767 lleno esperara a nuestra llegada. Lo malo es que para llegar teníamos que desembarcar, desplazarnos de la terminal regional a la internacional (se hace en autobús) y realizar el pago de tasas en las oficinas del Banco de Nueva Zelanda en las que normalmente siempre hay colas. Total media hora de angustias que no fueron a más…. solo nos costó alguna mala mirada de los pasajeros del segundo vuelo, jeje.

DÍA 19 –Próximo destino: Polinesia, volando hacia el paraíso-

Ya embarcados y con una copa de pinot noir neozelandés en la mano volamos con dirección a Tahití sin la certeza de que nuestro equipaje esté en las bodegas del avión y sin que realmente nos importe. Ya solo nos separa una escala en las islas Cook.

(c) Ezequiel Jiménez Borra & Mónica Valls Moreno

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