lunes, 27 de julio de 2009

Filipinas, mi paraíso low cost

Viene de Japón.

Quien no ha escuchado alguna vez la popular frase “más se perdió en Cuba” tratando de decir que cualquier perdida es menor en comparación a lo que España perdión en 1898. Pero no solo Cuba se emancipó de España, también ese año lo hizo Filipinas.

El archipiélago filipino compuesto por más de 7000 islas toma el nombre de López de Villalobos en honor a Felipe II. Desde la llegada en 1520 de Magallanes en y la posterior colonización de Legazpi en 1565 estuvo durante centenares de años estrechamente vinculada a España.

Lejos cae la relación entre ambos países pero hay reminiscencias que se resisten a su desaparición más de un siglo después: arquitectura colonial, gastronomía, mayoría de culto católico, idioma…. Cierto es que la lengua oficial es el tagalo pero es curioso y hasta divertido para un español encontrar en medio de frases imposibles para nosotros palabras como polisia, telepono, pantalon, mesa, cuchara.

Filipinas es síntesis de culturas. Sudeste asiático, España, Estados Unidos. Todos se han dejado algo aquí y todos han construido este rincón del mundo de gente hospitalaria que obvian el futuro y se concentran simplemente en vivir el presente.

FICHA TÉCNICA

¿Por qué Filipinas?
Viajar a Filipinas es hacerlo a oriente lejano y sin embargo no dejar de estar en casa. Pueblecitos, arquitectura colonial, palabras sueltas, apellidos, religión, platos.. hay un vínculo que nos conecta.

Ante todo, el motivo para subirse a un avión dispuestos a tantas horas de vuelo es admirar la fascinante naturaleza del archipiélago. Magníficas y deslumbrantes terrazas de arroz, bellas montañas y sobre todo y ante todo espectaculares fondos marinos o playas de arena blanca. Es de hecho uno de los lugares del mundo con mejores playas y más reputación como destino de submarinistas. A pesar de ello y afortunadamente los precios no son tan prohibitivos como los de otros lugares. Este es un país que se alimenta principalmente de turismo local y que todavía hoy en día no soporta la misma presión con el consecuente encarecimiento que otras destinaciones como Tailandia, Indonesia o islas polinesias.


Días: 9.

Fecha: 9 de julio de 2009.

Itinerario: Manila, Boracay (White Beach).

Acceder a la hoja de ruta (los precios indicados son para 2 personas)


View Shanghai, Japon, Taiwan y Filipinas in a larger map

Medios de transporte utilizados: Avión, taxi, autobús, barco.

Visado: No.

Vacunas: No.

Que no vimos y por que: El motivo de nuestro viaje a Filipinas era descansar disfrutando de sus playas. Así pues no entraba en nuestros objetivos recorrer exhaustivamente el país. Nuestro destino elegido fue la playa de White Beach en Boracay, el lugar con más ambiente y afluencia turística de los destinos costeros filipinos. Descartamos visitar también El Nido por la dificultad que implicaba desplazarnos desde Boracay. Este es un lugar menos turístico pero indiscutiblemente espectacular.

DÍA 1 -Llegada a Manila, paso fugaz a la espera de Boracay ¿Llegaremos?-

Llegamos a Manila desde Osaka en vuelo operado por Cebu Pacific con algo más de una hora de retardo y sabiendo que el vuelo del día siguiente a Boracay operado por la misma compañía corría peligro.

Todos los vuelos locales e internacionales de Cebu Pacific están centralizados en la nueva terminal 3. Nada más tomar tierra moneda en el mismo aeropuerto. Es fiable pero ciertamente la primera vez genera una ligera desconfianza. No hay listas de cotización de divisas y solo obtuvimos como comprobante un ticket en blanco manuscrito.

Ya en el exterior tomamos un taxi. Puede ser de prepago o con taxímetro. Los de prepago a priori son más caros pero el precio se fija antes del trayecto.

Tomamos un taxi con taxímetro en la parada que está unos pocos metros después de los taxis prepago. Nos desplazamos hasta nuestro hotel, el Holiday inn Galleria. La zona es conocida por los taxistas, ante la duda basta con aclarar que está en Ortigas.

Antes de tomar el taxi personal del aeropuerto que gestiona la demanda expide un recibo con el destino y el número del taxi. Una copia es para el taxista y la otra para el cliente de manera que en caso de problemas sirve para localizar al taxista.

El trayecto dura media hora o más dependiendo del tráfico. La carrera puede costar entre 250 o 350 pesos. Lo normal es dejar propina de manera que se suele redondear el importe.

Reservamos el Holiday inn Galleria con AsiaRooms por 61 euros en régimen de alojamiento y desayuno. Las habitaciones son correctas pero es inevitable sentir como si se viajara en el tiempo al entrar y ver muebles y moquetas. A pesar de ello nos sentimos bien por que el trato recibido por parte del personal de recepción fue bueno. Por servicios prestados tales como subir maletas y demás solíamos entregar propinas de 50 pesos que no es mucho pero es un importe correcto.

Por culpa de Cebu Pacific nos vimos obligados a levantarnos a las 02.30 de la mañana (solo teníamos 2 horas para dormir) y nos sirvieron a esa misma hora un completo desayuno en nuestra misma habitación que a pesar que no pudimos acabar si que agradecimos un buen café caliente.

DÍA 2 -Camino del paraíso (con permiso de Cebu Pacific y de la lluvia).-

El día comenzaba temprano para nosotros. Habían pasado solo tres horas desde nuestra llegada al hotel y ya estábamos en pié. Dos días atrás habíamos tenido el acierto de consultar nuestro correo justo a tiempo para descubrir que la hora de nuestro vuelo Manila - Boracay (Caticlan) operado por Cebu Pacific había sido modificada y mientras que el vuelo de la noche anterior había sufrido retrasos este había sido adelantado sin darnos margen para dormir.

Las sorpresas no habían acabado. Tomamos un taxi por nuestra cuenta desde el hotel pactando el pago de 300 pesos hasta la terminal 3. Ya en los mostradores nos comunican que los vuelos a Boracay (Caticlan) han sido cancelados por problemas en el aeropuerto de destino y que nos envían a Kalibo desde nos llevarían en una hora de autobús a nuestro destino.

Nada cierto en lo que se refiere a la información recibida. Los vuelos redirigidos a Kalibo eran consecuencia de que Cebu Pacific había dejado de operar definitivamente el trayecto de Manila a Boracay hacía solo unos pocos días. De la hora prometida de de trayecto por carretera entre Kalibo y Boracay pasamos a las dos horas en un autobús sobreocupado en el que hasta el pasillo estaba habilitado para acomodar pasajeros.

A pesar de todas la molestias que la compañía aérea nos ocasionó, no solo no recibimos ninguna disculpa o atención especial sino que muy al contrario no tuvieron ningún reparo en exigirnos el pago de 1.000 pesos por cada kilo de equipaje excedido sobre los 10 kg por persona permitidos. No estábamos hablando de pecata minuta de manera que liamos el pollo y conseguimos colar 8 kg... ¡8.000 pesos menos!

Antes de partir hay que proceder al pago de tasas. En el caso de los vuelos locales desde Manila es de 200 pesos por persona. Una vez ya en el embarcadero de Caticlan tras el desplazamiento en autobús pagamos 50 pesos más por persona de tasas de uso del embarcadero. Entre medio un lento degoteo de billetes de 50 pesos en forma de propina había ido cayendo por el camino desde que nos levantamos hasta el momento.

Finalmente llegamos a nuestro destino. Nos alojamos en la turística playa de White Beach.

Nuestro hotel era el Fridays Boracay. La reserva la realizamos con myboracayguide.com y pagamos 49.500 pesos por seis noches en régimen de alojamiento y desayuno.

La elección del hotel fue acertada. Era uno de los más alejados del centro pero no nos molestaba. Los lugares de interés eran accesibles a pié y la contrapartida era disfrutar de la mejor zona de playas de la isla.

Desgraciadamente White Beach está en peligro. Las corrientes están erosionando la playa de manera que determinados hoteles, a pesar de estar en primera línea se están quedando sin lugar de baño hasta el punto que durante la marea alta no tienen un ápice de arena. Por otro lado la marea suele arrastrar algas que diariamente son recogidas para continuar rastrillando la playa. Ningún otro hotel trata con el mismo esmero su trozo de playa. Todo ello acompañado de un atento servicio y de una cuidada cocina hacen de este hotel uno de los mejores.

DÍA 3 al 8 -Un merecido descanso.-

El resto de los días en las blancas playas de Boracay transcurrieron entre cóctel y cóctel y cuando el tiempo nos lo permitía bañándonos.

Como en nuestro caso no habían muchas opciones en cuanto a la época a escoger nuestra determinación para pasarlo bien era total. Para el que puede elegir, la época del año ideal para disfrutar del buen tiempo es durante nuestro otoño/inverno. Hay que tener presente que las costas de este asiático cuando el tiempo es peor están continuamente sacudidas por tifones y que en la mayoría de casos el origen es Filipinas.

Este no es solo un buen lugar para bañarse. También es típico practicar actividades relacionadas con el viento tales como vela o kite surf u otras más tranquilas como la pesca.

Partimos finalmente del Boracay de vuelta a Manila guiados por el propio hotel. Nuevo degoteo de propinas hasta llegar al autobús. 50 pesos era lo que solíamos dar de manera que íbamos bien provistos de cambio en billetes pequeños.

Como nuestro vuelo desde Caticlan también había sido cancelado y nuevamente partíamos desde Kalibo teníamos que partir por carretera en un trayecto de dos horas.

El billete de embarque lo recibimos en Caticlan y la facturación de maletas en Kalibo. Las tasas de salida eran baratas en comparación a Manila. Pagamos solo 20 pesos por persona. Manila nos esperaba. Nos alojamos en el mismo hotel de nuestra llegada a Filipinas.

DÍA 9 -Visita a Manila y vuelta a casa.-

Nuestra intención en el medio día que disponíamos en Manila antes de tomar nuestro vuelo de regreso a Shanghai era visitar la ciudad. El tiempo no se alió con nosotros y llovía torrencialmente. Las calles estaban inundadas ante la incapacidad de los sistemas de desagüe para evacuar las precipitaciones caídas. A pesar de esto la gente actuaba con la mayor naturalidad fruto de la costumbre. La actividad no paraba y los niños jugaban de forma alegre en charcos que cubrían sus rodillas.

Nos desplazamos hasta Intramuros. Es el centro histórico pero ha sufrido el paso de guerras y conquistadores. Desencantados por el desaliño y dejadez de la ciudad y ante el mal tiempo solicitamos al taxista que nos había recogido en el hotel que nos hiciera un tour por las zonas más destacables de Intramuros y nos llevara de retorno. No sabía donde llevarnos. ¿Es que no hay nada que destacar? Bien, volvamos al hotel por nuestras maletas y vayamos al aeropuerto.

Ya en el aeropuerto realizamos los trámites de salida. Esto implica el pago de 750 pesos por persona en concepto de tasas de salida en vuelo internacional. Ahora solo nos quedaba pasar las dos horas de espera pasando frío consecuencia de la refrigeración del aeropuerto hasta partir con Cebu Pacific. La vuelta a casa comienza. En Shanghai nos espera nuestro vuelo a Barcelona con Finnair.


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