domingo, 13 de abril de 2008

Vietnam & Camboya, Oriente lejano

Vietnam es un país del sudeste asiático que está cambiando a cada día que pasa. Comentarios recibidos de otros viajeros que tuvieron la oportunidad de visitarlo hace años hablan de un país todavía no acostumbrado al turismo. Esto ya no es así. En todo caso Vietnam sigue siendo mágico. En el momento de viajar a este país no habíamos visitado todavía Tailandia. Después de estar en ambos lugares la sensación es que Vietnam es culturalmente similar a Tailandia pero que el primero todavía conserva parte de la autenticidad que el segundo ha ido perdiendo con el tiempo y con el impacto que todo turista supone para el país que visita.

Camboya está menos evolucionada si cabe. En nuestro caso y como suele ser habitual en otros muchos viajeros, nuestra visita se centró únicamente en Ankor Wat y sus alrededores. Es un lugar imprescindible de ser visitado y que sin mucho esfuerzo se puede ver llegado a Vietnam. La vida en las poblaciones es muy parecida a la de su país vecino como cabe de esperar.
FICHA TÉCNICA

¿Por que Vietnam y Camboya?: Hay momentos en la vida en los que uno tiene que tener claro que se haya delante de una buena oportunidad y actuar de forma impulsiva. Vietnam ida/vuelta para dos persona con Thai Airways por 1.111,72 euros, oferta válida hasta finalizar el día es uno de esos momentos. He de decir que mi pareja, más allá de sorprenderse cuando llegué a casa con los billetes en la mano no se enfadó ;-)
Días: 25.
Fecha: Julio de 2006.
Itinerario: Hanoi, Sapa, Halong, Tam Coc, Hue, Hoi An, Da Nang, Ho Chi Minh City, Hong Kong, Ho Chi Minh City, Cu Chi, delta del Mekong, Siem Reap (Ankor Wat), Hanoi.
Medios de transporte utilizados: Avión, taxi, moto, autobús y ciclo/tuc-tuc.

Visado: Requerido en ambos países. El de Vietnam se tiene que hacer en la embajada de Madrid http://www.embavietnam-madrid.org/htmls/espana/inicio.html y es posible hacer los trámites siguiendo las instrucciones de su web. En nuestro caso, debido a las múltiples entradas y salidas al país tuvimos que tramitar un visado multientrada que es más caro (nos costó 160 euros). El de Camboya se puede hacer en el mismo aeropuerto a la llegada y se requieren fotos de carnet (nos costó 40 euros).

Vacunas: Hepatitis, tétanos, tifus y la de la gripe debido a la gripe aviar. También se recomienda medicarse contra la malaria. En todo caso es altamente recomendable consultar a un especialista.
Que no vimos y por que: No llegamos a visitar el mercado de Bac Ha (Sapa) y esto nos sabe francamente mal por que tiene fama de ser espectacular. Tampoco llegamos a visitar la zona turística de costa de Nha Trang. De todas maneras no era lo que andábamos buscando. En Camboya no profundizamos por falta de tiempo pero como ya se ha mencionado anteriormente, nuestro interés se centraba en visitar Ankor Wat.
Consejos: A la hora de discutir cualquier cosa que genere desacuerdo con los vietnamitas, los que viajen con mujeres han de darles todo el protagonismo a ellas. Son las mujeres las ideales para plantar cara a los hombres vietnamitas y mostrar sin disimulo todo su enfado alzando la voz si es necesario. Los vietnamitas son machistas y orgullosos y se sienten humillados cuando una mujer les mete caña. No pueden sufrir esta situación y suelen ceder para acabar con tan embarazosa situación. También hay que ir siempre sin bajar totalmente la guardia. El vietnamita ve al turista como un dólar andante y habitualmente se sirve de la confusión y desorientación para sacar partido.
DÍA 1 -Vuelo a Vietnam: bueno, bonito y barato-
Comienza nuestro viaje partiendo desde Madrid a Hanoi vía Bangkok con Thai Airways. El precio tal como se menciona anteriormente fue de 1.111,72 euros para dos personas. No es un buen precio de referencia ya que fue obtenido en la agencia de viajes Tagus de Barcelona http://www.tagusviajes.com/ haciendo valer condiciones especiales por tener el carnet internacional de estudiante. Quien lo tenga que se informe... nunca se sabe.
El trato de la compañía aérea y el confort del vuelo fueron satisfactorios. Los horarios y el tiempo de vuelo fueron los pactados.
DÍA 2 -Hanoi, día de preparativos-

Nuestra llegada fue a primera hora de la mañana. Tomamos un taxi a nuestro hotel, el Meliá Hanoi http://es.solmelia.com/hotel/melia-hanoi.htm. El precio conseguido fue correcto y los estándares de calidad estuvieron en la línea de lo esperado.
En grandes ciudades no somos demasiado partidarios de ajustar costes y aventurarnos a lo desconocido asumiendo riesgos innecesarios. Nuestra tendencia es siempre en nuestros casos alojarnos en cadenas conocidas.
Otra cosa buena del hotel es su situación. Hicimos los desplazamientos hasta el centro de la ciudad y sus zonas colindantes a pié. Para desplazarnos con las maletas hasta la estación de tren desde donde partíamos a Sapa también lo hicimos a pié.
El día, por ser el primero efectivo de viaje y acabar de aterriza en el país lo dedicamos a hacer una primera toma de contacto por la ciudad y a labores "administrativas".
Compramos los billetes de tren hacia Lao Cai para el día siguiente con intención de visitar Sapa. No suele hacer falta comprarlos con demasiada antelación pero tampoco es bueno comprarlos el mismo día. Hay diversas modalidades. Lo habitual es viajar de noche en cabina turística con literas. Son habitáculos para 4 personas que debido a los precios suelen ser turistas. Nos costó 223.000 dongs la ida por persona. Las comodidades se limitan a colchón blando y aire acondicionado. Solo se vende billete de ida. La vuelta la venden en las agencias de Sapa para sacar más dinero.
Tras la reserva de los pasajes de tren nos dirigimos a las oficinas de Vietnam Paradise Travel http://www.vietnamparadisetravel.com/ a recoger los billetes de avión de los desplazamientos internos. Es muy habitual no comprar los billetes hasta llegar a Vietnam principalmente por dos razones. Suele no haber problemas de disponibilidad y los precios acostumbran a ser inferior siendo adquiridos allí respecto a webs que como Terminal A http://www.terminala.es/ que acostumbran a ofrecer buenos precios. Paradise Travel es una agencia local mediante la que adquirimos los vuelos internos a precios locales evitando los sobrecargos que se aplican en las compras desde occidente. Hicimos la adquisición mediante tarjeta de crédito y el comportamiento de la agencia fue profesional resultando de confianza. El precio del conjunto de billetes de Hanoi a Hue, de Da Nang a Ho Chi Minh y de Siem Reap a Hanoi para dos personas ascendió a 557,80 euros.
El siguiente paso fue adquirir el paquete para visitar Tam Coc. Lo hicimos con Sinh Café http://www.sinhcafetravel.com/, agencia que también cuenta con buena reputación. No lo hicimos por Internet sino directamente en sus oficinas. Está bien por que da la oportunidad de comparar precios y actividades con otras muchas agencias situadas por la zona.
DÍA 3 -Hanoi, caos organizado y vida en la calle-
El tercer día lo dedicamos a pasear, esta vez si, haciendo turismo por las calles del barrio antiguo de Hanoi y alrededores del lago.
Recorrimos las calles que separan nuestro hotel del lago Hoan Kiem, corazón de Hanoi. Justo en medio está el templo de Ngoc Son. Accedimos a el a través de una pasarela. El precio de la entrada es de 3.000 dongs, una propina para nuestro poder adquisitivo. Seguimos nuestro recorrido dirección hacia el norte adentrándonos en calles más estrechas, llenas de bullicio, en las que la mayoría de establecimientos están agrupados según su gremio.
Allá por donde uno se mueve hay motos, motos, motos y más motos. Es el transporte más popular por tener los coches precios prohibitivos para la mayoría. Se pueden alquilar si se tiene suficiente valor. Hemos escuchado algún caso en el que el turista ha tenido que hacer frente a pagos por el robo del vehículo pero Vietnam es un país donde la sensación de peligro no es perceptible. Con tanta moto cruzar una calle también tiene merito. El modo de hacerlo es tan sencillo como cruzar linealmente y a velocidad constante. El resto del trabajo lo hace el motorista esquivando al peatón.
El otro encanto de las calles es ver la gente "viviendo" en ellas. Se ve gente A TODAS HORAS del día (y de la noche) comiendo. También se ven comerciando, cortándose el pelo, haciendo malabarismos llevando grandes cantidades de objetos de un lado a otro (no tienen furgonetas, claro).
Llegado el final del día es hora de partir. Nuestro tren es el de las 21.20h. La estación está literalmente hasta la bandera de gente. Al abrirse las puertas para acceder a los trenes el turista suele ser atosigado de inmediato por "amables" vietnamitas que se ofrecen acompañar al vagón asignado para posteriormente pedir la "voluntad". Como ya se ha comentado anteriormente, en Vietnam no se percibe miedo ni peligro en ningún momento pero siempre hay cerca alguien dispuesto a aprovecharse de la confusión del forastero.
DÍA 4 -Sapa, otro Vietnam diferente-
Llegamos el domingo a primera hora a Lao Cai. Ese es el día en el que en el cercano mercado de Bac Ha se reúnen multitud de tribus de la región. Es un espectáculo que todo el mundo coincide en decir que vale la pena. Solo nuestro miedo e indecisión nos frenó. Podíamos haber alquilado un transporte privado que nos llevara pero nos decidimos por la opción conservadora y tomamos un transporte colectivo para turistas de los muchos que en la estación de tren se ofertan.
Así pues llegamos a Sapa. Esta pequeña población es donde se concentra la etnia de los Hmong. Son inconfundibles por su vestimenta oscura. La pena es que el turista ha alterado su modo de vida totalmente y se pasan el día pidiendo limosnas y vendiendo figurillas que tuvimos la oportunidad de ver como obtenían su materia prima de las basuras y escombros.
Nos hospedamos en el Bamboo Hotel http://www.sapatravel.com/. Es un hotel de precio medio y relación correcta calidad/precio. El gran atractivo de este hotel, más allá de estar bien localizado en el pueblo es que organizan tours a medida. Así pues, organizamos un tour para el día siguiente que nos pareció una de las mejores cosas que hicimos en Vietnam.
Otra de las tareas que realizamos fue contratar el tren de vuelta. Se puede hacer en multitud de lugares. Nosotros lo hicimos en una agencia local situada en la esquina de la plaza principal con la calle Phan Xi Pang. Compramos la vuelta pero experimentamos la picaresca vietnamita en primera persona. Adquirimos dos billetes de vuelta en camarote turístico pero revisando el voucher preparando el día siguiente advertimos que el camarote asignado era en los vagones de categoría inferior. Lección aprendida del día: leer el voucher antes de salir del establecimiento..... ¡anda que no se aprende viajando!
El resto del día lo dedicamos a dar vueltas por el pueblo. En si, no tiene demasiado bonito que ver. La misma arquitectura de los hoteles no es respetuosa con la cultura e historia del lugar. El lugar corre el peligro de perder de vista sus orígenes. Lo que si es espectacular a ojos del forastero es las gentes que todavía habitan conservando cultura, vestimentas, etc.
DÍA 5 -Sapa, minorías étnicas, el más auténtico y genuino Vietnam-
Nuestro quinto día resultó una de las perlas que nos llevamos de Vietnam. Sapa es un lugar donde se estila hacer trekking. Nosotros, para desgracia nuestra, nos gusta ver mundo pero estamos limitados de tiempo. El trekking lo hacemos en nuestros ratos libres por los Pirineos. Organizamos una excursión de un día en moto de la que guardamos un gran recuerdo.

Salimos a primera hora de Sapa con dirección Lai Cahu (no confundir con Lao Cai). El medio utilizado fue dos motos, cada una con conductor/guía local.
Paramos por el camino para disfrutar de vistas de las montañas, los valles, las plantaciones de arroz distribuidas en terrazas, cascadas, etc. Lo mejor no había llegado. Pasamos de estar en un lugar frío y húmedo a uno de los más cálidos de Vietnam. Accedimos a pueblos distantes de carreteras a los que se accede por pistas no asfaltadas. Vimos la vida "en directo" de estos lugares. Tuvimos la oportunidad de comer en bares de carretera con nuestros guías y acabar comiendo compartiendo mesa con gente local que nos invitaban a tomar una cerveza con ellos. Fue realmente divertido. No nos entendíamos ni palabra pero nos reíamos sanamente los unos de los otros.
Aun así lo mejor no había llegado. Las tribus locales de la zona son nómadas. En su origen, históricamente proceden de China. Pudimos estar en el interior de sus propias casas. Son sencillas contrucciones de madera levantadas sobre pilares para no tener contacto con el suelo. Solo tienen una única sala donde hacen toda su vida... hacer la comida, comer, dormir, fumar en peculiares pipas, tejer... Las mujeres son un espectáculo desde el punto de vista cultural para nuestros ojos. Tambien merecen mención especial.
Al casarse las mujeres de estas étnias pasan a llevar sus dientes pintados de negro. Lo hacen dos veces por semana. Las de clase alta llevan colmillos de oro. Alucinante. Agradecen recibir regalos del visitante. Cualquier cosa. Dulces, bolígrafos, dinero... estuvimos en una casa humilde en la que dimos todo lo poco que llevábamos de corazón.
El día finalizó con la vuelta a Lao Cai para tomar nuevamente el tren que nos llevara de regreso a Hanoi.
Como decíamos anteriormente, el trayecto en tren lo hicimos en camarotes normales de seis personas con litera dura. A pesar de todo lo malo, todo es susceptible de empeorar. Podía haber sido peor por que nos encontramos con otros turistas que tenían asignada la misma litera que nosotros. Finalmente se solucionó y nos reasignaron un camarote con un padre de familia y tres monstruitos. El viaje tuvo su puntillo. Eran gente agradable con la que acabamos hablando de cosas tan normales como del precio de la vida en nuestros respectivos países.
DÍA 6 -Bahía de Halong, un crucero por un mar salpicado de perlas-

Halong es otro de los lugares donde el visitante inexcusablemente ha de dirigirse en su visita a Vietnam.
Teníamos un tour de dos días contratado con Halong Travel http://www.halongtravel.com/. El tour de tres días es (dicho por otros que lo han contratado) una perdida de tiempo y dinero. Se puede contratar directamente en la Bahía de Halong pero eso resta margen para escoger barco. El precio fue 159,83 euros. Así pues, llegamos a primera hora en tren de Sapa, nos fuimos paseando al Meliá Hanoi nuevamente, les "prestamos" las maletas para que las tuvieran un par de días en guardia y custodia y nos sentamos en los sofás de la recepción a esperar que llegara a recogernos el operador turístico.
Salimos dirección a Halong con un pequeño transporte colectivo con el que recogen a los turistas en el hotel. Hicimos por el camino una breve parada para ver como se fabricaban productos lacados (muy típicos) y darnos la oportunidad de comprar algo para que se ganaran una comisión. Más tarde volvemos a parar por la carretera y tenemos la oportunidad de ver como realizan el cultivo tradicional del arroz. Y decimos tradicional por que lo era... si van en moto por que no pueden comprar un coche, ¿como van a comprar un tractor?
Seguimos nuestro camino y llegamos al embarcadero. Desde este punto zarpamos un pequeño barco lleno de españoles. Los barcos que estas compañías suelen imitar con más o menos fortuna las embarcaciones de vela que tradicionalmente se han utilizado. Evidentemente van a motor. Suelen existir diversas categorías de camarotes. En nuestro era estándar. La pareja que tenía asignado el de clase superior explicaba que al parecer no estaban excesivamente contentos. Parece ser que todo el humo de las máquinas les subía a ellos. Nuestra conclusión en este y otros casos parecidos es que el vietnamita tiene la voluntad de hacerlo bien pero esto del turismo es algo nuevo para lo que se tiene que preparar más y en lo que está aprendiendo a marchas forzadas. Paciencia, no hacerse mala sangre y disfrutar del viaje.
Los paisajes de los que uno puede disfrutar durante la travesía son bellos. Cientos de pequeñas islas acaparan nuestra vista. En algunas de ellas nos detuvimos a subir a lo alto de miradores y a pisar la arena traída de otros lugares con la que habían construido una playa artificial. Se vio frustrado el plan de bañarnos de noche por las lluvias que aparecieron. El que tiene la oportunidad, parece ser que lo hace entre algas fluorescentes.
DÍA 7 -Bahía de Halong, el espectáculo continua-

El segundo día en Halong tampoco nos decepcionó. Comenzó con la visita a una de las muchas cuevas existentes en la zona. Son realmente espectaculares. Son grandes, altas, espaciosas.
Seguidamente nos dirigimos a una isla a la que se puede acceder con barca a la parte central atravesando previamente unas cuevas en las que era necesario agachar la cabeza debido a su poca altura. Estábamos en algo así como una especie de lago de color verde.
Continuamos nuestro camino, ahora de vuelta, hacia el embarcadero de la bahía de Halong. Islas, islas y más islas se iban sucediendo en nuestro recorrido. También era una bonita estampa ver las gentes locales desplazándose con pequeñas embarcaciones típicas.
Vuelta a nuestro hotel. Volvemos al Meliá que en Hanoi actuó como nuestra base de operaciones y hacemos el check in. Nos dieron una grata sorpresa. En el momento en el que estuvimos, la persona que supervisaba las reservas y la asignación de las habitaciones era española. Cuando tenían disponibilidad de suites hacía como deferencia a los clientes españoles upgrades. Así pues, haciendo el check in bien entrada la tarde y con la previsión de no recibir muchos más clientes nos asignan una de las suites ejecutivas. Nada mejor para reponernos del pequeño trote de los últimos días.
DÍA 8 -Tam Coc/Hoa Lu, paseo en barca por el río-

El tour por Tam Coc estaba contratado desde nuestro primer día en Hanoi tal como se explica en este relato. Con los deberes hechos solo teníamos que esperar a que nos viniera a recoger una vez más al hotel y nos llevaran de excursión.
Volvemos a ser recogidos por un pequeño transporte colectivo para turistas que nos conduce a Tam Coc hacemos alguna breve parada en la que tenemos la oportunidad de visitar templos budistas y ver paisajes rurales.
Finalmente llegamos a lo que es el eje principal de la visita planeada. Es un paseo en barca por un valle donde la vegetación de los márgenes es exuberante como cave de esperar de todo paisaje selvático. Este paseo se hace por embarcaciones típicas movidas a remo por dos amables personas que en nuestro caso ya habían sido pagadas por nuestra agencia contratada.
El paseo llega a su final, donde se inicia el retorno. Es una cavidad rocosa cuyo encanto se rompe por los muchos vendedores que esperan al visitante en ella. Tras su frustración por nuestra obstinación en decir no a todos los ofrecimientos que nos hicieron intentaron "enternecer nuestros corazones" ofreciéndonos adquirir bebidas para nuestros barqueros. Nuestra respuesta nuevamente fue no viendo que la barca a la que seguíamos había comprado bebidas pero que el barquero no las había abierto. Estas bebidas hacen casi tantos viajes de ida y vuelta como las barcas ya que las venden muchas veces al día. Es en este punto donde los dos barqueros comienzan a perder la expresión de amabilidad de su cara. Ya de vuelta se desvela el gran misterio que nos atormentaba: ¿dos barqueros para nosotros? Uno de ellos tenía dotes comerciales que por supuesto intentó poner en práctica con nosotros vendiéndonos toda clase de artículos no interesantes. Finalmente les compramos la camiseta más barata que por supuesto les regateamos hasta extremos insospechados cuando su amabilidad no solo desapareció sino que su "mala leche" llegó hasta extremos insospechados. Podríamos decir que ya que nosotros estábamos indignados por la manera de proceder y la encerrona a la que nos vimos sometidos quisimos compartir un poquito de nuestro mal rollito, jejeje... donde las dan las toman. Vietnam es una buena escuela de negociación. Son duros de pelar. Juegan a cansar y confundir durante el tiempo que haga falta hasta tener al contrario bien mareado para poder hacer con el lo que les de la gana.
DÍA 9 -Hue, majestuosidad templaria-

El desplazamiento a Hue Lo realizamos en avión con Vietnam Airlines http://www.vietnamairlines.com/. En el momento en que viajamos no se podían hacer compras online en su web y lo hicimos con una agencia local tal como se comenta en el día 1.
No recordamos el hotel en el que nos alojamos. Esto nos hace reflexionar sobre el hecho de que la memoria selectiva verdaderamente exista. Bromas a parte era lo más barato que pillamos por la cena centro previa visita a las habitación. Era justillo pero solamente era una noche. Disponía de Internet gratis.
Adquirimos en la misma recepción un tour para visitar los templos nada más llegar y unos pocos minutos después ya estábamos visitándolos. El tour normalmente tiene un precio que no suele ser demasiado alto pero las entradas a los numerosos templos no van incluidas. Los accesos a los templos tienen diferentes precios dependiendo de su importancia. Los más caros nos costaron 55.000 dongs. Es normal no acceder a todos y ver solo alguno. Eso depende de cada uno. Llega a un punto donde no es difícil sentirse empachado de ver templos y más templos.
El tour de un día incluía la comida. Tuvimos la oportunidad después de ver los templos de ver el proceso de fabricación de los sombreros de paja típicos con forma cónica y del incienso. Finalmente volvimos a Hue en barca por el río.
DÍA 10 Y 11 -Hoi An, el guardarropa de Vietnam-

El camino de Hue a Hoi An lo hicimos en autobús. Quisiéramos haber hecho fotos del interior del autobús pero posiblemente hubieran habido pasajeros que se hubieran ofendido con nosotros y nos abstuvimos. El overbooking era tal que cuando se acabaron los asientos sacaron pequeños taburetes de plástico y sillitas para niños y fueron ubicando el resto del pasaje en el pasillo. Tonto el último.
Antes de llegar a Hoi An el conductor paró en un pequeño núcleo urbano al lado de un hotel donde probablemente tenía comisión para que los turistas que no tenían reserva se hospedaran en el sin informar que quedaban minutos de camino en autobús por recorrer. Finalmente llegamos, esta vez si, a Hoi An. Nos alojamos en el Vinh Hung Resort http://www.vinhhungresort.com/ donde ya teníamos reserva hecha. Está ligeramente apartado del centro (a unos minutos a pié). Hoi An es pequeño y la localización es un criterio secundario en la elección. Preguntamos por el camino a un vendedor que se empeñó en vendernos bebidas y que tras no comprarle nada nos dijo que estaba a una hora de camino a pié. Suerte que a esas alturas ya no nos fiábamos de ellos. La estancia fue agradable. Los estándares del establecimiento están ligeramente sobre la media.
El pueblo está lleno de tiendas donde comprar pinturas y esculturas y todo tipo de artesanía. Pero el referente principal por el que se conoce este lugar es por sus sastres. El lugar está literalmente plagado de establecimientos donde se puede adquirir ropa a medida hecha principalmente de seda y que confeccionan con maestría en el mismo día. Uno puede llegar a las 8 o las 9 de la mañana, hacer su pedido y recogerlo al final del día. Sacan revistas de moda donde enseñan diferentes diseños y los copian. Es sorprendente llegar a la hora de recogida pactada, probarse la prenda y ver como se ciñe a nosotros a la primera como un guante.

Caminar por las calles de esta población tiene el atractivo adicional de poder pasear por sus mercadillos llenos de color y actividad y ver algún que otro taller en vivo y en directo.
También merece ser destacada la cocina en este lugar. A estas alturas está claro que ya habíamos degustado la reputada cocina del país pero en este lugar la disfrutamos ampliamente. Dos lugares de referencia: Café des Amis y Hoi An Hoi San http://www.noodlepie.com/2005/06/hoi_an_hai_san_.html. Ambos están cercanos el uno del otro en uno de los márgenes del río. El primero está regentado por un cocinero reputado que suele hacer exhibiciones en el extranjero y sirve platos tradicionales. El segundo es un pequeño lugar dirigido por un cocinero sueco donde es recomendable reservar. El servicio es como cabe esperar de un europeo y la cocina es simplemente deliciosa. Encargamos para el día siguiente una cena a base de marisco que el propio cocinero se encargó de comprar para nosotros y que nos costó en total unos 20 o 25 dólares para dos personas. Excelente.
DÍA 12 -Ho Chi Minh City (Saigón), la otra capital-
Abandonamos nuestro hotel con un transporte privado contratado para llevarnos directos al aeropuerto de Da Nang. Tomamos nuevamente un vuelo que nos ha de llevar a Ho Chi Minh, la capital de Vietnam del sur. A nuestra llegada tomamos un taxi que si no recordamos mal nos costó unos 8 o 10 dólares. También sales minibuses por unos 2 dólares por persona. Nos dirigimos a nuestro hotel. Una vez más nos decantamos por hospedarnos en un establecimiento conocido ya que no nos gustan las sorpresas en las grandes ciudades. Estuvimos en el Sofitel Plaza Saigón http://www.sofitel.com/sofitel/fichehotel/gb/sof/3553/fiche_hotel.shtml. La ubicación, sin estar en el centro, es buena. Los desplazamientos por la ciudad los hicimos a pié.
Igual que en su momento Hanoi actuó como nuestra base desde donde movernos, Ho Chi Minh pasó a serlo. Nuestra primera misión fue movernos por algunas de las agencias del centro, solicitar información y precios y finalmente contratar las excursiones para visitar los túneles de Cu Chi http://www.cuchitunnel.org.vn/home.html (medio día) y el delta del Mekong (dos días).
El resto del día lo dedicamos a movernos por las calles y edificios de la ciudad. Es recomendable visitar también el mercado central. En todo caso, Ho Chi Minh es una ciudad que no sorprende tanto como pueda hacerlo Hanoi ya que está más occidentalizada.
DÍA 13 -túneles de Cu Chi, el Vietnam de las películas-

Tal como habíamos contratado el día anterior partimos a visitar los túneles de Cu Chi. Son los famosos túneles donde los vietnamitas lucharon de forma astuta primero contra franceses y luego contra americanos.
Nuestro día comenzó temprano caminando hacia la agencia donde el autobús tenía que partir. Era un tour de medio día. Al llegara la zona boscosa donde estos están el guía comenzó sus explicaciones. Como es de esperar, encontrar estos túneles es difícil. Están muy camuflados. Una vez nos muestra una de las trampillas de acceso nos hacemos la idea de lo difícil que era VIVIR en el interior. Son estrechos, demasiado para algunos turistas rellenitos. Respirar es complicado. El calor y la humedad se hacen difíciles de soportar.
Este complejo de túneles fue construido en dos fases. La primera y más modesta en la primera guerra en la que Vietnam fue invadida por los franceses. La segunda fue construida para defenderse del ejército de los Estados Unidos. Esta segunda fase llegaba a tener hasta tres niveles de profundidad. El turista tiene la oportunidad de acceder voluntariamente a túneles donde la entrada ha sido ensanchada y recorrer una parte de su interior, lo suficiente para experimentar sensación de claustrofobia. Algunos turistas no llegaban al final del recorrido y salían en cuanto tenían la primera oportunidad. No es nuestro caso. Por desagradable que resulte es una experiencia digna de ser experimentada.
El visitante amante de las armas (también el más violento y alucinado) tiene la oportunidad de disparar con armas reales previo pago a razón de un tanto la bala. Podéis imaginar que desconocemos el precio.
Finalizamos nuestra visita degustando algún plato de la limitada dieta que los habitantes de los túneles disfrutaban en tal desgraciado periodo de la historia. Retornamos a Ho Chi Ming y dedicamos el resto del día a pasear nuevamente por la ciudad.
DÍA 14 -Delta del Mekong, mercados flotantes y vida en los ríos-
Nuevamente nos levantamos a primera hora y nos dirigimos otra vez a la agencia, esta vez para ir a visitar el delta del río Mekong.
La visita contratada consistía en el desplazamiento en minibús y el alojamiento. Nos ofrecieron un hotel, la casa de una familia local y un bungalow que sospechosamente solo tenía un sobrecose de 5 dólares sobre el precio base. Nos decantamos por la tercera opción. Por lo comentado con el resto del grupo resultaron ser pequeños tugurios.
Nuestro bungalow era una sencilla construcción de cañas con servicios comunitarios al lado del río. Lo malo es que a las 4 de la mañana es hora punta y hablando mal y en plata, no hay dios que duerma con ese ruido y la humedad. Ahora que pienso, también molestaba lo suyo el pijama de manga larga con el que dormimos para protegernos de los mosquitos junto con la peste a repelente. Por lo menos lo bueno era la comida que nos sirvieron que era deliciosa.
DÍA 15 -Delta del Mekong, el día de tour-

Nos levantamos muy muy temprano. Es requisito para visitar en condiciones el mercado flotante. Su historia es todo un resumen de como son los vietnamitas. El mercado tradicionalmente siempre se había instalado en los márgenes del río. Durante la ocupación francesa, estos crearon tasas para el desarrollo de dicha actividad a todos los vendedores que instalaran su parada. Los vietnamitas no opusieron resistencia pero tampoco cedieron al chantaje y demostraron ser más listos. No montaron más paradas y comenzaron a comerciar directamente desde sus barcas en medio del río. Este ejemplo y su dura y tenaz lucha contra las diversas guerras y ocupaciones son una muestra inequívoca de en que grado llegan a ser astutos y puñeteros. Al principio de este artículo ya lo decíamos: no bajar la guardia, son agotadores cuando uno negocia algo con ellos.
El caso es que el mercado es un hervidero de barcas llenas de cosas con las que comerciar. Los márgenes del río también están llenos de paradas de vendedores.
Dedicamos el resto del día para visitar una manufacturera de arroz y una fabrica de caramelos que utilizaba como materia primera la caña de azúcar. Tomamos nuevamente el autobús y vuelta a casa (Hotel Sofitel Plaza Hanoi).
DÍA 16, 17, 18 Y 19 -Hong Kong-

Hong Kong era una espina que teníamos clavada. Vietnam es un lugar cercano desde donde llegar y encontramos billetes desde Ho Chi Minh a precio decente. Viajamos con United Airlines por 330 euros ida/vuelta para dos personas. Dejamos depositadas nuestras maletas en el hotel y nos fuimos cuatro días.
A la vuelta, ya en la noche, nos volvimos a hospedar nuevamente en el hotel Sofitel para recoger las maletas y descansar antes de partir nuevamente esta vez a Camboya.
DÍA 20, 21, 22 Y 23 -Siem Reap, un cofre que guarda un tesoro-

Teníamos billete con Vietnam Airlines para viajar de Ho Chi Minh City a Siem Reap por 213,92 euros al medio día.
Llegamos a Camboya y tras tramitar los visados de entrada fuimos una vez más en busca de un hotel. La población es pequeña y está plagada. Cualquiera es bueno si a uno le parece bien. Es cuestión de precio y ver habitación.
Los siguientes días los dedicamos a visitar los alrededores y como no, el templo de Ankor Wat. Es toda una maravilla pero para saber eso no es necesario leer este blog.
Para acceder a Ankor se hace con un pase diario o con uno para tres días que tiene el mismo precio que dos pases diarios (es un tres al precio de dos). Cada pase nos costó 40 dólares. Es necesario tener fotos de carnet.
Ankor Wat está alejado del pueblo. Para llegar hay que hacerlo con un transporte. Lo habitual es alquilar un tuc-tuc. Es una moto adaptada para llevar a turistas. Es lo que en Vietnam se llama ciclo. Una vez que se establece contacto con un conductor este se pegará como una lapa para poder prestar servicios el resto de nuestra estancia.
Nuestra visita en Siem Reap y la visita a Ankor Wat finalizaron volando en la tarde de nuestro último día nuevamente a Hanoi camino nuevamente del hotel Meliá.
DÍA 24 -Hanoi, últimas horas... good bye!-
Nuestro vuelo de regreso partía a última hora del día de manera que este día lo dedicamos a la compra de todos los souvenirs que no habíamos comprado hasta el momento para no arrastrar sobrepeso en nuestras machacadas maletas. La calle P Hang Gai situada muy cerca del lago en el noroeste es un buen lugar.
Aquí acaba todo lo bueno ;-) ...volvemos a pagar tasas de salida (una mala costumbre adquirida) y vuelta a casa.
DÍA 25 -Vuelo de retorno-
Plan para el día: Dormir, ver la tele y tomar gintónics... hay que descansar que ¡al día siguiente tenemos que ir al trabajo!

(c) Ezequiel Jiménez Borra & Mónica Valls Moreno

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